PROMOS

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Productos para el cabello: Abril

Este mes tengo el pelo bastante seco. Por ello estoy cambiando mi rutina y estos son los productos que estoy utilizando este mes, de izquierda a derecha:

Smooth infusion de Aveda: Esta loción no solo la estoy usando ahora, sino que todo el año. La utilizo después de lavar el cabello, aplico en las manos, las froto y de medios a puntas lo extiendo por la melena. Es genial para evitar el encrespamiento en los días de lluvia. El olor como a infusión me encanta! (soy adicta a las infusiones).

Champú de Wunderbar: A pesar de que no tengo el cabello teñido, lo estoy probando este mes a ver que tal. Lo cierto que de momento cumple su función de lavar el cabello con normalidad.

Sebastian Penetrait: Un acondicionador indispensable para mi cabello cuando está mas estropeado y reseco. Por eso estos días lo aplico después del champú, dejándolo actuar unos 5 minutos ( mejor un poquito mas tiempo si lo tienes!).



¿Como cuidais vuestro cabello cuando peor está?

Un gran descubrimiento: Moroccanoil

Quién me iba a decir (cantaba Bisbal, y ahora me odiaréis porque se os va a pegar la cancioncita tooooodo el día, jajajajaja –risa maligna-), con el tipo de piel y de pelo que tengo, que yo iba a decir esto: adoro los aceites de belleza.

Y, sin embargo, aquí me tenéis, gritándolo a los cuatro vientos.

Repara tu melena


Después de tanto sol, agua de piscina, playa etc.. Nuestra melena puede quedar bastante hecha polvo. Bueno, hoy os traigo un remedio natural y casero para poder reparar la mayoría de los estragos que nuestra melena haya podido sufrir.



Si tenéis en casa el maravilloso aceite de oliva, este es el único productos que necesitas.
Echas un poquito en una tacita, como 5 cucharadas soperas, según largos de melena. Con el pelo seco vais añadiendo con las manos el aceite, a mechones, de medios a puntas y en las zonas mas problematicas.

Una vez acabado de aplicar el aceite, os dais calor al pelo con un secador durante unos 3 min.

Envolvéis el pelo en una toalla y dejáis actuar unos 15 minutos. Luego aclaráis y listo!


Raíces Cuadradas

Otra vez vengo a pediros consejo, opinión, ayuda, recomendaciones y sugerencias. Como si fuerais el consultorio de Elena Francis, pero en plan comuna. Y no son de matemáticas, a pesar del título. Sino porque tengo un dilema existencial, que nunca antes se me había planteado: las raíces del pelo.
Esas grandes desconocidas para mí hasta que en la peluquería decidieron ponerme el color de tinte que les salió a ellas del papo.

¿Recordáis que en Nochevieja fui a la pelu a retocarme el tinte vegetal y las puntas, y que les pedí que me pusieran el color algo más oscuro, y que al final el que me salió fue uno más claro aún? Un castaño praliné, muy marroncito, muy mono, muy brillante al salir de la pelu. Muy porculero molesto cuando a la melena le da por crecer. Porque a mí el pelo me crece despaaaaaaaacio, pero hombre, algo me crece. Y parece que ahora le ha dado por crecer más rápido. Bieeeeeeeen, bien. Eso está muy bien. Salvo por el hecho de que en menos de un mes se me ven ya unas raíces oscuras que no me he visto en la vida. Que parezco Loli Álvarez, pero sin el rubio platino. Y sin Leonardo Dantés y Toni Genil alrededor, claro.

Y me está dando una rabia… Así que he decidido adentrarme en un mundo desconocido para mí: el de los tintes caseros. Porque paso de ir otra vez a la peluquería, que me cueste otra pasta que ahora no puedo gastarme y que al final terminen poniéndome, otra vez, lo que a ellas les parece bien. ¿Que me va a quedar muy oscuro? Pues que me quede, chica, que me quede. A juego con el futuro que tenemos por delante. Además, ya conozco yo a mi pelo, y el muy ladino está decidido a absorber poco tinte, con lo cual la oscuridad me dura poco.



Y aquí es donde entráis vosotras. Porque, como os he dicho, en la vida he utilizado un tinte casero. Y ni sé cómo ponérmelo, ni qué color coger, ni qué marca. Que ayer me acerqué al Bodybell y entre que eran las dos menos tres minutos y cerraban y que me vi delante de un estante con Garnier Nutrisse, Garnier Herba Brillo, Naturtint, L’Oreal Excellence, L’Oreal Casting Gloss, y la madre que lo trajo y el castaño praliné, el castaño chocolate, el castaño intenso, el negro azulado, el negro violín y la otra madre que lo trajo, casi entro en cortocircuito. Qué estrés, por dios. A punto estuvieron de salirme canas, creo yo.

Total, que por favor os pido que me digáis. ¿Cuál es la marca que me recomendaríais? ¿Qué color, teniendo en cuenta que quiero un castaño oscuro pero no negro, más bien tirando a chocolate (sin leche), y que quede muy brillante, con mi pelo de base castaño normal (castaño soso, vamos)? ¿Y cómo me lo aplico? ¿Parecerá que mi baño ha sido escenario de una guerra con armas químicas después de que me ponga manos a la obra?

La Caída del Imperio...Capilar


¿Imperio Capilar? ¡JA! Yo no sé lo que es eso. Bueno, sí, lo sé por haberlo visto en otras (como Penélope Cruz, qué melenón tiene), no en mí. 

Nunca he tenido lo que se dice un pelo frondoso, fuerte, vigoroso. Más bien al contrario. Para que te hagas una idea, los pelitos de la nuca los tengo como los de un bebé recién nacido: finos y suavitos, y se parten con mirarlos. Una pelusilla, vamos.

La última vez que decidí cortarme la melena a ras de la barbilla la peluquera me decía “si es que tienes los “abuelillos” muy pobres, no me extraña que te lo cortes”. Vaya, gracias, salá. 

Qué alegría ir a la pelu: diez minutos entre revistas manoseadas esperando a que te pasen a lavar, la mirada reprobadora de la peluquera en el espejo mientras evalúa el estado de tu melena, media hora con picores si te has puesto el tinte de rigor, cinco minutos en una silla de tortura llamada lavacabezas (“por dios, que no me pongan mascarilla que me descoyunto”) en la que además te dan unos tirones al desenredarte que se te saltan las lágrimas, quince minutos de secador que cada vez que te lo acercan de más te achicharran las orejas…

Y luego encima te dicen que vaya mierda de pelo que tienes. ¡Y cobrándote un pastizal! Pues estoy deseando ir, oye, porque la verdad es que sale una con una suavidad en el pelo que no se consigue en casa ni lavándolo con Mimosín.

En fin. A lo que venía este post, en realidad, es al tema de la caída del cabello. Porque yo estoy preocupada. Encima de que tengo poco pelo, si se me cae como se me está cayendo últimamente y no lo trato, a este paso me pareceré a Pepe Reina en un par de meses. Mira, lo mismo en Navidad podía hacer de Niño Jesús en el Belén, toda calvita como los bebés. O de Coto Matamoros.

Pero me niego. Por eso he recurrido, en primer lugar, a un tratamiento en cápsulas que fortalezca el pelo desde la raíz y pare la caída. El farmacéutico me recomendó Pilexil, porque al parecer es el más eficaz. Los complementos como este son muy efectivos porque atacan el problema desde el interior, y los nutrientes llegan mejor al pelo (por cierto, para la celulitis me dijo que lo mismo, las pastillas son más eficaces que las cremas, aunque lo ideal es aunar ambos tratamientos). 

De momento, en tres semanas que llevo tomándolas, he notado el pelo más suave y con menos tendencia a engrasarse (es decir, que ahora puedo lavármelo un día sí y otro no, y no estar con el pelo ya regular la noche del mismo día que me lo lavaba, como me pasaba antes). 

La caída sigue más o menos igual, pero creo que debo tomar las cápsulas más tiempo. Más me vale que corran para hacer efecto, que de verdad me veo como Lady Gaga, a base de pelucas.
Por otro lado, llevo un tiempo cuidando más mi pelo a diario para que no se parta (otra de las causas de mi pobre melena; cuando me quiero dejar el pelo largo tardo más que el resto de la gente porque se me parte el pelo sólo con tocarlo, y vuelta a empezar). 

Me refiero a que siempre, siempre, uso acondicionador en medios y puntas al lavármelo (de los mejores que he probado: el de pelo normal de Stylius, de Mercadona, por 1,70€). Una vez a la semana me pongo mascarilla (en verano incluso dos veces a la semana, usando la mascarilla como acondicionador). Ahora tengo la de Repara y Protege, de Pantene, que no está mal pero tampoco es la caña. La de Elvive Total Repair me gustó más. 

No cepillo el pelo cuando está mojado, que es cuando más débil está, sino que lo desenredo con cuidado con un peine de púas anchas. 

Antes de lavármelo lo desenredo bien con un cepillo de cerdas naturales (de madera, vamos). Cuando lo voy a secar con el secador (es decir, el 95% de las veces, y no por peinarme, sino porque si no lo hago se me queda como si me hubiera lamido una vaca) me pongo antes un protector del calor (el de Stylius y el de TRESemmé son los que más me gustan), e incluso a veces el reparador en spray de Stylius en las puntas, porque es queratina que se activa con el calor del secador o la plancha y sella la fibra capilar. 

Y, desde hace un año, me pongo una mascarilla protectora del sol cuando voy a la playa o la piscina (de nuevo: Stylius me encanta; vale que no he probado otras porque no me las puedo permitir, pero es que esa marca tiene una relación calidad-precio genial).

Podría hacer más cosas, como desenredarme el pelo en la ducha cuando me pongo el acondicionador o la mascarilla porque así además penetran mejor. Pero no hay nada que me dé más asquito que un puñado de pelos mojados (eso y un montón de gusanos moviéndose). Dios, creo que voy a vomitar. 

También podría ponerme la mascarilla, envolverme el pelo en una toalla caliente y dejármela puesta una hora. O dejarme la mascarilla puesta en el pelo hasta el día siguiente, como dicen que hace Paula Echavarría (otra con un pelazo). 

O podría ponerme mascarillas caseras de aceite y huevo (súper buena y nutritiva, pero de un engorro que no veas), o de aguacates maduros, o de mayonesa. Pero no tengo tiempo y me sobra vergüenza.

Total, que en la medida de lo posible mi pelo está mejorando poco a poco con los cuidados que le doy. Se me caerá lo que sea, pero lo tengo de un suave y un brillante…¡como los bebés recién nacidos!
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