PROMOS

Remedios caseros

Hoy he decidido hacer un post más práctico y natural (aunque yo soy de lo más práctico y natural y lo sabéis, ¿no?) en vez de contaros mis paridas, para que descanséis un poco.

Así que os pongo una serie de remedios caseros para distintos problemas estéticos que he ido recopilando por la red. Debo decir que no los he probado, pero mal no parecen que vayan a hacer tampoco:

Mascarilla contra la piel grasa: Se mezcla un puñado de salvado de trigo con una clara de huevo sin batir, se remueve todo bien y se aplica sobre la cara con un suave masaje. Se deja 10 minutos y se elimina con agua tibia. Aplicarla una o dos veces por semana.

Mascarilla para cerrar los poros y combatir la grasa de la piel: Pelar un pepino mediano, licuarlo y mezclarlo con una clara de huevo batida a punto de nieve. Remover bien y añadir el zumo de un limón. Guardar en un lugar fresco. Aplicar 2-3 veces por semana hasta eliminar el problema, y como mantenimiento de vez en cuando.

Para reducir poros y disminuir la secreción de grasa: Mezclar el zumo de una naranja con un chorrito de agua de rosas y extenderlo sobre la piel con un algodón o gasa. Dejarlo actuar 15 minutos.

Decolorante de yogur y miel: Especialmente útil para eliminar o reducir manchas de edades avanzadas. Mezclar en un plato hondo 1 cucharada de yogur natural, 1 yema (de huevo, se entiende, no va a ser de espárragos) y media cucharada de miel. Remover bien y formar una pasta. Extender en la piel con ayuda de una tela limpia en movimientos circulares. Se deja 30 minutos y se elimina con agua tibia.

Cáscara de papaya para las manchas: Frotar la piel con la parte interior de la cáscara y dejar 10 minutos antes de aclarar. Elimina las células muertas gracias a la papaína. Se elimina con agua fría.

Sopa “anticelulitis”: Trocear tres cebollas medianas, dos puñados de acelgas, vainas u otras verduras (no sé qué son las vainas, pero supongo que verduras como los guisantes, o más bien las judías verdes o algo así), y se echa todo en un litro de agua hirviendo. Se cuece hasta que todo esté blando. Dejar reposar y colar el líquido. Se puede añadir un poco de zumo de limón para dar más sabor. Tomar todos los días una taza a mediodía y una en la cena. Posee efectos desintoxicantes y favorece la disolución de las grasas. Recuerdo que una vez me hice una sopa de este estilo con la misma finalidad (con la receta sacada también de internet), pero me salté el paso de cocer las verduras. Y llevaba cebolla. Mucha. La celulitis no me la quitó, pero el aliento, durante un par de días por lo menos, hizo que la gente se alejara tanto de mí que seguro que la celulitis no me la veían desde donde estaban…

Desmaquillador natural para pieles grasas: Aplicar leche de soja, arroz o avena con un algodón en el rostro hasta eliminar el maquillaje. Además de regular la hiperactividad sebácea de las glándulas, nutre la piel.

Puré de pera para la piel muy grasa: Aplicar como mascarilla 4-5 minutos.

Más volumen para el pelo: Mezclar en un vaso un chorrito de champú con la misma cantidad de vodka. Se aplica la mezcla por todo el cabello (evidentemente, no se bebe como si fuera un nuevo cocktail de moda) y luego se aclara con abundante agua. Secar con suavidad. A Eva Herzigova además le da unos reflejos rubios preciosos. Y a mí seguro que me pararía la poli para hacerme un control de alcoholemia por el olor.

Contra los párpados hinchados: Poner calabaza fresca no menos de media hora sobre los párpados. También se puede mezclar una zanahoria con dos hojas interiores de una cebolla y una vez todo bien machacado se coloca media hora sobre los párpados.

Para las ojeras: Poner una rodaja de patata cruda fina sobre cada ojo 10 minutos. Lo mismo se puede hacer con rodajas de pepino, y con bolsas de manzanilla frías. Estos remedios van bien además contra las bolsas. También es efectivo cocer una manzana mediana, y cuando esté blanda aplastarla hasta formar una pasta que se aplica templada sobre cada ojo.

Perejil para las ojeras permanentes: Comer todos los días, en ayunas, un poco de perejil fresco durante varias semanas (no debe hacerse en caso de problemas gastrointestinales). No sé, pero me sentiría un poco rumiante comiendo perejil fresco cada mañana…

Para conservar el moreno: Aplicar diariamente leche fresca de vaca con zumo de zanahoria recién exprimido, a partes iguales. Este remedio se puede leer también así: aplicar zumo de vaca y leche de zanahoria a partes iguales…¿a que sí?

Crema depilatoria de emergencia: Mezclar una taza de azúcar, otra de zumo de limón y otra de agua. Calentar todo y mezclar bien durante 10 minutos hasta que espese, y una vez templado aplicar como la cera normal. Y, si no funciona, añadirle un poco de ron, hierbabuena, y hacerse un mojito. Al más puro estilo Fidel Castro: con bigote y con mojito.

Y ya está bien, que os veo que esta noche no os queda nada para hacer la cena en la despensa con tanta mascarilla y remedio…

PD: La de la foto no soy yo. Y la de abajo con la mascarilla tampoco ;)

Con los nervios a flor de ...PIES

¿Alguien puede decirme qué narices (por no decir “qué c*#o”) lleva la crema de pies, que no me deja dormir?
La pregunta es extraña, lo sé. Me explico:

Anteayer por a mediodía, después de quitarme el esmalte de uñas de los pies tras dos semanas (el número 63, “Beige in love” de Mini Colorama, de Maybelline, que me encantó cuando me lo regalaron y queda precioso con la piel morena), que ya tocaba, me vi las uñas muy secas y decidí ponerme la crema de pies reparadora de grietas de Mercadona, que va muy bien para hidratar las durezas y las uñas. Con cuidado luego al andar con las chanclas, porque si te descuidas los pies se te resbalan en ellas, haces aquachancling y se te clava el palito que va entre los dedos para llevarlas y ves las estrellas. O tu dedo gordo se hace más largo de repente porque empieza a la altura del tobillo...


Bueno, pues esto fue sobre las dos de la tarde. Después de comer, cuando intenté echarme la siesta porque la noche anterior no pude dormir apenas y estaba hecha polvo, cerré los ojos. Bostecé. Me dispuse a dejarme llevar a los brazos de Morfeo. Me relajé. Y, poco a poco…me fui poniendo nerviosa, nerviosa, nerviosa…¡y no pegué ojo! ¡Estaba como un flan, y sin motivo aparente! Me puse de una mala leche…

¿Y por qué sé que era por la crema de los pies? Porque lo he comprobado ya unas cuantas noches. Como me ponga la crema antes de apagar la luz, no hay dios que me haga dormir. Me pasa lo mismo que cuando me pongo el anticelulítico por las tardes. 

Con el de Shiseido me pasaba, pero con el de Roc ya es la caña. Será porque el Forskolín ese que lleva, que tiene nombre de tigre de los cereales y dicen que es 50 veces más potente que la cafeína, tiene la culpa.

Creo que cuando voy a desayunar por las mañanas en la cafetería podría pedir, en vez de un té verde con la tostada, un par de cucharaditas de crema para los pies o de anticelulítico con cafeína, porque me espabilan diez veces más.

Así que no sé qué hacer. O me dejo los pies hechos una pena, o me resigno a no pegar ojo en toda la noche…Creo que entre las ojeras y las uñas secas elijo lo segundo, que es más fácil de tapar (por cierto, otros esmaltes que me gustan mucho para los pies: el número 061, Exotica, de Lasting Finish de Rimmel, en rojo con un toque dorado, y los números 64 y 76 de mi querido Mercadona, en rosa fuerte y coral ideales para el verano).
En fin. Ya que estamos, os digo algunos otros productos para pies que me encantan:

-El stick anti rozaduras de Compeed. Hace dos años que los zapatos nuevos no me hacen rozaduras gracias a este stick. Me lo pongo cuando estreno un par en las zonas más propensas a las rozaduras y las evita totalmente.

-La lima para las durezas de Mercadona. Es muy efectiva para suavizar los pies y dejarlos como el culito de un bebé. O casi.

-La crema Anti Durezas de Dr. Scholl. Vale, no la he probado, pero tengo unas ganas…parece buenísima. Eso sí, no sé si me quitará el sueño también…

Comienzos en cosmética

Todavía me acuerdo de la primera vez que usé un acondicionador para el pelo. Tendría unos doce años, y en el baño había un bote que nunca había visto: Elsève Jojoba (¿Elsève? ¿Jojoba? Suena a prehistoria). “Pues me lo pongo”, me dije. Y esa frase ha caracterizado mi relación con los cosméticos desde entonces. Aluciné cuando me aclaré el pelo. No sabía que podía estar tan suave. Y, por supuesto, no sabía por qué mi madre me había privado de esa sensación tanto tiempo. Qué cruel…

“¿Si? Pues ahora verás”. Desde entonces, empecé a probar todas las cremas, lociones y maquillajes de mi madre. El anticelulítico de Elancyl (con doce años no sé para qué, pero el bote era tan mono y se suponía que te pondría unas piernas maravillosas, que no me pude resistir). El perfume Dune, de Dior. Los coloretes de Margaret Astor (a la que le han quitado el nombre de pila, a la pobre, por cierto) y las tierras del desierto de Marcel Cluny. Las barras de labios y los lápices de ojos de Pinaud. La laca Elnett. Vamos, que el día que me metía en el cuarto de baño salía la niña hecha un cromo. Aunque eso era antes de que Ana Rosa Quintana apareciera en la televisión. Me explico: yo veía que esa señora siempre iba muy bien maquillada, con los ojos muy bien pintados. Así que empecé a imitar la forma que le hacían con las sombras. Y hasta hoy, cuando muchas amigas me han pedido que las maquille porque les gusta mucho cómo lo hago.

Supongo que de ahí me viene este gusto por probar cremas y productos de maquillaje nuevos continuamente. Bote veo, bote quiero. Por eso os cuento mis experiencias positivas y menos positivas con algunos de ellos:


-La línea de limpieza facial Pure Active, de Garnier. Me deja la piel súper fresca, limpia y libre de toda grasa, pero sin tiranteces. Sobre todo el exfoliante diario anti puntos negros. Pero también es muy bueno el limpiador integral 3 en 1 (que es limpiador diario, exfoliante y se puede poner como mascarilla), y el gel limpiador (igual que el de la línea Skin Naturals Clean Detox).

-El anticelulítico efecto frío de Mercadona. La primera vez que lo usé creí que me congelaba. De hecho, me gustaba mucho porque era bueno pero tuve que dejar de usarlo en invierno porque no lo soportaba. El de efecto calor no era tan potente, pero también estaba bien. Creo que ahora han aumentado la línea con varios productos específicos, pero no los he probado (Señores de Mercadona: aquí la conejilla de indias estaría dispuesta a probarlos para dar fe de su efectividad; gratuitamente, por supuesto).

-El anticelulítico de Shiseido. Ya lo sabéis, tengo especial predilección por probar estos productos en particular. Desde que me lo puse la primera vez noté cierta actividad en mi piel. Y a los veinte minutos estaba haciendo, ejem, pis. Efectividad total anti agua y anti celulitis.

-El sérum de efecto brillo para el pelo de Mercadona. Lo siento, pero esto, desde que me lo estaba poniendo, sabía que no era para mí. En mi pelo lacio y tendente a la grasa, sólo significó unos mechones apelmazados, tiesos y nada brillantes, por cierto. Pero la promesa de un pelo suave y brillante me había conquistado. Creo que lleva tres años en mi baño.

-El champú de efecto espejo de Elvive. El del bote rosa con proteínas de perla y de su padre. Como si me hubiera lamido una vaca. Y lo mejor es que me enajené en la tienda y me había comprado el champú, el acondicionador y la mascarilla sin aclarado. El champú lo usé para limpiar los pinceles de maquillaje, pero no hubo manera de encontrarle uso a los otros dos productos, que acabaron en la basura.

-La máscara de pestañas efecto eye liner, de Bourjois. Muy negra, muy intensa, con efecto eye liner, es verdad, pero también con mucha tendencia a extenderse por los párpados. Me dejaba los ojos como los de Massiel después de una boda.

-El colorete Pastel Joues, de Bourjois también. Lo compré un poco a lo loco, porque quería uno rosa luminoso y era barato (y el primero que vi). Estoy deseando comprarlo otra vez porque ninguno me ha dejado mejor cara que ése. Lo mismo me pasó con un lápiz de ojos verde (también luminoso, empiezo a pensar que ni que trabajara para Unión Fenosa), de Astor.

Y podría contaros muchas más experiencias con productos. Esto parece un juego de prueba-error, en el que muchas veces no se acierta, pero por suerte las pérdidas suelen ser pequeñas y los experimentos suelen ser un placer. Por eso me encanta.
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