PROMOS

A mí no me la das

Que no nos cuenten milongas, por favor…
Hoy vengo reivindicativa. Porque es lunes. Y dicen que el día más triste del año (¿?). Y porque estaba leyendo una revista esta mañana y me he encontrado la típica entrevista a una chica estupendérrima donde le preguntaban qué hacía para estar así de bien. Y la tía, ni corta ni perezosa, soltaba la frase de siempre. ¿La adivináis, no? Venga, que os doy pistas: dormir; agua; limpiarme la cara por la noche.

¿Pero es que se creen que somos bobitas, o qué? Si estos “trucos” fueran tan efectivos, la industria cosmética y de dietética no facturaría millones de euros cada año. Y todas estaríamos cañonas. Pero no es así. Y la genética ayuda, pero no me creo que todo el Star System tenga la fantástica suerte de tener una genética que les permite tener cuerpazos y pieles de seda sin esfuerzo.

A mí lo que me gusta es la sinceridad. La naturalidad. Saber que estas personas de las revistas y las películas de algún modo son como nosotras. Con sus defectos y sus esfuerzos para estar bien.
Por ejemplo, hace poco leí una entrevista a Sharon Stone (o eso decían, al menos, que muchas veces una no sabe si la entrevista es real o se la han inventado) y decía que para estar así de estupenda, tiene que cuidarse mucho. Que su comida, básicamente, es muy sosa y se basa en frutas y verduras. Que se ha puesto bótox, aunque lo ha dejado. Que se pone muchas cremas (de Dior, claro, no te jiba; a ésta no la veremos en Mercadona comprando las de Deliplus, aunque mira que son buenas). Que no le gustan sus nalgas y tiene que hacer mucho ejercicio para mantenerlas bien (mira, por lo menos no dice que lo que menos le gustan son “sus pies”, como dicen la mayoría de las petardas. “Odio mis pies” dice una entrevistada. “Esta chica es tonta” es la frase que me sale automáticamente cuando la que lo ha dicho es una supermodelo). También dice la Stone que bebe mucho té y toma todos los días una infusión purificante (si alguien sabe qué coño es eso, que me lo diga porque la quiero ya; necesito purificar mi piel; y mi cuerpo; y mi alma, que soy una arpíaaaaaaaa, como podéis leer). A lo que vengo con todo esto es a que esta mujer, que qué mujer, por dios, no es un extraterrestre y reconoce que tiene que cuidarse, y mucho, para que la veamos como la vemos (sin contar el photoshop).
Otra que también es clara es Ariadne Artiles. Mira que me gusta esta chica, oye. Natural como la vida misma. Bueno, vale, el pecho no lo es (por cierto, otra petición: el nombre de su cirujano; es sólo por saber, ¿eh?), pero al menos reconoce que se pasa hora y media en el gimnasio todos los días para tener ese cuerpazo, y que cuida mucho su alimentación, y más aún si tiene algún trabajo en ciernes (es decir, casi siempre).
Lo que quiero decir es que me molesta que nos tomen por tontas. Vale que la mayoría de estas personas no pueden dar marcas de productos porque se cerrarían puertas a futuros contratos de publicidad (yo voy a hacer lo mismo a partir de ahora, que nunca sabe) y no es plan de decir que están amargadas venga a dietas, venga a ejercicios, venga a tratamientos. Pero que nos digan siempre la frasecita de “para estar así de estupenda, sólo tengo que dormir mucho y beber mucha agua. Ah, y comer de todo, a mí me pirra el chocolate”. ¿Cómoooorrrrr? Éstas a tomar chocolate lo llaman oler una onza durante cinco segundos, que más tiempo engorda. Y del puro sin azúcar, vayamos a leches…

En fin, poquito a poco a lo mejor lo conseguimos. Mirad, Nicole Kidman, que acaba de reconocer (no sabemos si bajo tortura o amenaza de hacerla volver con Tom Cruise) que se ha puesto bótox. ¿Bótox sólo? Maaaaaaadre mía. ¡Si parece un muñeco de José Luis Moreno! Pero es un comienzo. Lo mismo en una de éstas la Pataky reconoce que se operó la nariz. Y los pómulos. Y el pecho. Y las cartucheras. Y… Ufff, eso daría para más de una revista, ¿no?

Vaaale, lo siento. No tengo nada en contra de Elsa. ¡Pero que no nos la quiera dar con queso! (que engorda)

McGyver, Rosa McGyver

Aquí estoy de vuelta. Dispuesta a contaros mis aventuras de mis vacaciones. 

Tranquilas, no voy a hablaros de Mar Caribe, días soleados con altas temperaturas, hoteles maravillosos y aguas cristalinas. 

Porque, entre otras cosas, nos ha costado un poquito verlos (pero, todo sea dicho, lo hemos disfrutado). 

Ni tampoco os voy a contar toda la lista de despropósitos que hemos experimentado (retraso en el vuelo, un pasaje para colgarlo por los coj, digo por los pulgares, del palo más alto, pérdida de una maleta durante tres días, hotel horrible hasta que conseguimos que nos cambiaran a uno en condiciones, cortes de agua cuando uno está enjabonado, llamadas a las 2 de la mañana para hacer bromitas...). Más que nada, por no acordarme. Aunque ahora, en la distancia, nos reímos de todo. Pero madre mía, habríamos matado a más de uno y más de dos...

Lo que os quiero contar, ya que esto es un blog de belleza, es cómo me apañé durante tres días sin neceser. Sin pinzas de depilar (y yo sin depilarme las cejas no quedo con un aire a lo Natalia Vodianova, sino más bien a lo Macario, me parece a mí). Sin contorno de ojos (con lo que yo tengo en los ojos: bolsas, ojeras, primeras arrugas...). Sin gel, champú, acondicionador ni peine de púas anchas (y mi pelo no se pude desenredar con cualquier cosa, porque se parte con mirarlo). Sin líquido para las lentillas (menos mal que las que llevo puedo ponérmelas hasta una semana sin necesidad de quitármelas para dormir, porque si no iba a ir como Rompetechos por la playa). Sin exfoliante. Sin aftersun...Sin nada. Vamos, un horror.

Menos mal que en el bolso llevaba, a falta del neceser de emergencia que llevo siempre en el bolso (porque con lo que llevo ahí no me habrían dejado subir al avión pensando que iba a fabricar un bomba en pleno vuelo), la típica bolsa transparente con cosas de aseo de emergencia. El serum de Clinique Repairwear Laser Focus, vaselina, sobrecitos de Hidragel de Rosas de Carla Bulgaria Roses Beauty, el protector solar facial con color de Mercadona SPF 50, el cepillo del pelo, y una pastilla de jabón de glicerina. Mi salvación. Y a la que uní cositas que fui recopilando del hotel.

Tuve que sacar a la McGyver que llevo dentro y usar productos que sirven para otras cosas para los fines que yo necesitaba. Para limpiarme la cara, recurrí al jabón de glicerina, que en realidad es para las manos.

 Aunque puede ser un poco fuerte, con la piel que tengo (ya sabéis, grasa como el tocino) me fue bastante bien. Como contorno de ojos, usé la muestra del serum Repairwear Laser Focus de Clinique. Para darle un poco de vida a la mirada por la noche, vaselina en los párpados (les da un brillo y un color natural bastante favorecedor) y en las pestañas (les da volúmen y además las fortalece, aunque si lleváis gafas y tenéis las pestañas largas como yo no es una buena idea a no ser que queráis ver la realidad así como distorsionada por una capita de grasa...). Como protector solar para todo el cuerpo, el facial de Mercadona. Se me veía el escote con un color precioso, a pesar de no haberme dado el sol todavía...

Como aftersun, el Hidragel de Rosas de Carla Bulgaria. Buenísmo porque refresca e hidrata un montón. Como exfoliante, azúcar mezclada con gel de ducha (del hotel, claro) para el cuerpo, y en la cara edulcorante, que es más fino. Y quedé de un dulcecito...mmmmm. Si es que cuando quiero soy un bombón, jaja.
Total, que para cuando nos llegó la maleta, al tercer día, casi ya ni necesitaba las cosas. Me había asalvajado...Bueno, el Listerine sí, estaba como loca por tenerlo. Porque allí compramos cepillos y pasta de dientes, pero la verdad es que estaba todo a precio de oro. Como si fueran de Chanel, vamos.

En fin, podría deciros que al final todo terminó bien. Sí y no. Porque ya teníamos nuestras cosas, nuestra ropa, un hotel en condiciones (Barceló Bávaro Palace de Luxe, muy, muy recomendable; y no os doy el nombre del primero porque es para matarlos), y el sol asomaba entre las nubes cuando le daba la gana. Podíamos descansar. Pero algo tenía que pasarnos el último día, para venir con más anécdotas. Y, como las anécdotas no venían por sí solas, las buscamos nosotros.

¿Que tenemos que hacer el check out pero tenemos toda la mañana para estar en la playa y hay que aprovechar el poco tiempo que nos queda aquí? Pues sí, vamos a ello. Pero qué pereza ponerse protector solar ahora, para luego estar pringados, sin saber si podremos ducharnos (en ese país, nunca se sabe). Y, además, está nublado. Pues cero protector solar, que tampoco va a pasar nada. ¿Que no pasa nada? Naranjito parecíamos cuando volvimos. Qué color, qué refulgencia, qué dolor al ponerme los vaqueros...

Y ahora la parte de belleza correspondiente: me salvó el Hidragel de Carla Bulgaria (hasta tres veces me la puse en el avión), la crema Hidramax+ de Chanel, mucho aceite de baño al aloe vera de Mercadona por las mañanas y la hidratante triple acción de Nivea por las noches en el cuerpo, y la mascarilla hidratante de Sannai. Y mucho cuidado al ponerme los calcetines.

PD: Nunca pongo fotos mías, pero después de contaros todo lo que os he contado, tenía que poner una foto en la que tuviera buena cara para que veáis que no todo ha sido tan malo, aunque lo cuente como lo cuento para que os riais un poco...

Uñas de gel

¿Qué tal? A alguna os ha tocado algo? a mí nada...que decepción! Y para decepciones mi experiencia con las uñas de gel.

Quedan preciosas la verdad, pero a medida que va creciendo la uña tienes que rellenarla para que no parezca que te has pegado las uñas mal.... Es un inconveniente para el bolsillo.


Pero para mí lo peor ha sido al quitarmelas. Mis uñas (geneticas...) han quedado debilitadas (muy débiles con nada que me doy un poco se agrietan!), finas y esmirriadas....cuando me las miro no las reconozco.

Yo tenía buenas uñas y bonitas casi sin cuidados. Ahora me da pena verlas. Y eso que solo llevé las uñas de gel 1 mes y medio...si llego a aguantar 6 meses como hacen algunas no quiero ni pensarlo, se me caerían a cachitos?


Con mi historia no quiero decir que las uñas de gel sean mal invento, igual a algunas les va genial y no les daña las uña. Pero mi experiencia ha sido esta y la verdad es que no pienso repetir.

La próxima vez esmalte de toda la vida y tan bien que me quedo.

¿A alguien le ha pasado lo mismo? Espero que no!..

Ya tenemos ganadora !

Bueno chicas! Gracias a todas por participar,pero solo podía ganar una.
El número premiado de la O.N.C.E el Martes 7 fue: 22.662.
El tema es que participasteis 11, pero uno es nulo ya que no es seguidora del blog (lo siento anónimo pero era un requisito imprescindible. Así que en total 10 comentarios.

Hacemos regla de tres, Si 62 es a 100,10 es a 6,2, és decir el comentario 6! Que corresponde a Crisús!! Felicidades!!!



Ahora elige el par de gemelos a tu gusto de Silvia Maeso y envianos tu elección al email del blog: ministeriobelleza@gmail.com

Gracias a todas y suerte en el próximo!

Alimento para el alma

¡Uff, qué místico suena el título! Tranquilas, que no estoy tan zen. Aunque he ido esta mañana a preguntar a un sitio donde dan clases de yoga y creo que me voy a apuntar. Vamos, es que lo estoy deseando. Pero ése es otro cantar que no tiene que ver con lo que os quiero contar.
En realidad, de lo que quiero hablar es de la cantidad de cosas que tenemos en la despensa para ponernos bellas. Más bellas, quiero decir. Y por dos duros.
Sin ir más lejos, el otro día pasaba por el salón de camino al baño con unas cuantas cosas y me preguntaron "¿Qué vas a hacer, una ensalada en el lavabo? Porque es que llevaba aceite, vinagre y sal. ¿Para qué? Pues mirad:

-Aceite para ponérmelo en las puntas (del pelo, no de los dedos, como ya supondréis). Cuando me voy a lavar el pelo al día siguiente (es decir, un día sí y otro no), por la tarde-noche me hago una coleta muy alta, me pongo aceite de oliva en los medios y puntas y me lo recojo en lo que mi amiga Lidia (del blog Con Zapatos Nuevos, no os lo perdáis) llama "un roete". Y así me lo dejo hasta el día siguiente, cuando me lo lavo. Esto sirve para hidratar y nutrir el pelo, y lo deja muy suave. Lo podéis hacer también con el aceite de almendras, como el que tienen en Mercadona, que también lo deja perfecto. Para las más sibaritas que pueden permitirse gastar más (cómo me gusta el anuncio ese de "el que despilfarra, la paga") Kerastáse ha sacado un aceite ideal a base de aceite de argán que por lo visto es la caña. Pero yo pertenezco, de momento, a la sociedad low-cost y me gusta hacer mis truquillos en plan barato.


-Vinagre para el último aclarado del pelo. Como en mi más tierna infancia, cuando mi madre me lo ponía en el lavabo con agua muy fría. Qué gustito, en Granada, en pleno invierno y a cinco bajo cero, con el agua fresquita cayéndote por el cogote. La niña con una pulmonía del quince, pero un pelo de brillante.......Pues ahora me lo pongo igual, pero dentro de la ducha, después de aclararme la mascarilla o el acondicionador. Y luego lo enjuago otra vez. No usar el vinagre de módena, por favor, que ése lleva caramelo y os puede dejar el pelo con rastas. El mejor es el de sidra, pero el normal de toda la vida vale también. Y para las "gastonas" Yves Rocher tiene uno de frambuesa. Que vale sólo 8€, no creais que es carísimo, pero la verdad es que lo compré porque me lo recomendó Mónica, del blog Belleza Natural, y me gusta mucho pero me está saliendo casi a euro la puesta del vinagrito. Eso sí, huele fenomenal, nada que ver con el de los boquerones.
-Sal para la piel del cuerpo. Porque si la mezclas con el gel de baño haces un exfoliante buenísimo y súper barato (a 0,50€ que sale el kilo de sal, y con un gel de baño baratito, ya me diréis). Se queda la piel como la seda. Pero cuidado las que tengáis pieles sensibles. Y no vale la sal gorda, a ver si os vais a quedar como si os hubiera arañado un gato. Sal finita, y frotando con delicadeza, por favor. Por cierto, si mezclais el aceite con la sal fina sale un exfoliante para las manos que además las deja hidratadísimas.

Y luego tenemos muchas más cosas que nos ponen guapas: las bolsitas de té frías para descongestionar los ojos y las bolsas, las rodajas de patata cruda para las ojeras, la zanahoria rallada para las ojeras también (¿habéis descubierto ya cuál es mi mayor problema de belleza?), el yogur para hacernos mascarillas faciales calmantes (o para ponérselo cuando nos hemos quemado con el sol), la avena para molerla y hacer una mascarilla exfoliante y nutritiva mezclándola con miel, el huevo para nutrir el pelo, el tomate para los puntos negros (hay que frotarlo en la cara, dejarlo diez minutos, y aclarar)...Vamos, que ahora que lo pienso no sé qué c#¬o hago comprándome cremas de 40 euros para todas estas cosas...

¿Y vosotras, qué otros trucos naturales de belleza tenéis?

PD: No olvidéis que seguimos con el concurso de los gemelos que Miriam publicó el otro día, aún podéis participar.




"El mejor polvo de tu vida"

Sí, sí, vamos a hablar de polvos. Pero no de los que much@s estaréis imaginando (sí, tú, que has hecho click en el enlace pensando en algo que no tiene nada que ver con lo que voy a contar; pero mira, al menos he captado tu atención; lo que tiene que hacer una…).

De lo que voy a hablar es de Ultraglow, cuyo lema es ése, “El mejor polvo de tu vida”. Se trata de unos polvos, sueltos o compactos (los originales son compactos) que, además de usarse como polvos bronceadores, pueden usarse como base de maquillaje, sombra de ojos, colorete, perfilador de ojos y labios, color de uñas, color de labios y color corporal. En serio. Como os lo digo. Y comprobado por mí. Además, sirven para cualquier tipo de piel, sea del tono que sea. Lo único que hay que hacer es aplicarse mayor o menor cantidad, pero se adaptan perfectamente. Y tienen SPF. Increíble, ¿no?


Había leído de estos polvos en varios blogs y me habían llamado mucho la atención. Pero, al no poder comprarse en España, desistí en mi interés. Hasta que la semana pasada me enteré de que se pueden adquirir a través de la web española http://www.cosmeticaoriginal.com/ Así que me puse en contacto con ellos para informarme. Y Nuria, la persona que me contestó, muy amablemente, me explicó todo. El pedido se hace en su e-mail info@cosmeticaoriginal.com, te lo envían por correo, y lo pagas contra reembolso cuando lo recibas en unas 48 horas (lo cual, sinceramente, me da más tranquilidad que pagar con tarjeta por Internet en sitios que no conozco). 

Además, a través de esta web pueden adquirirse productos de las marcas Spa Royal (depilación con el método del sugaring, mucho más suave que la cera tradicional y más efectiva), Young & Pure (una línea de productos 100% naturales para pieles jóvenes muy interesante), o Cereal’s (productos también naturales que comprenden desde una limpiadora de arroz en mousse hasta un contorno de ojos, un tratamiento blanqueador o tratamientos corporales como el reafirmante de senos).

Y yo, pensando en mi servicio a la comunidad, a vosotras, decidí sacrificarme y comprar estos polvos mágicos para probarlos y contaros mi experiencia. Nuria me envió dos unidades de Ultraglow (para probar las dos versiones, la original y la demi-mate, que es especial para pieles grasas e incluso para hombres) y además un montón de muestras de algunos productos Cereal’s. Con lo cual, cuando abrí la cajita, me quedé encantada.

La noche del viernes probé la versión original de los polvos, y me gustó mucho cómo quedaban porque dan un tono de piel precioso y además un ligero brillo muy favorecedor. ¿El problema? Que con mi tipo de piel el brillo favorecedor pasó a ser a lo largo de la noche un “relucimiento” que no me gustaba nada.

 Así que el sábado probé la versión demi-mate. Y mucho mejor. Al no tener el brillito son más naturales, y me dio la impresión de que duraban más. Y sé que conforme los vaya utilizando me sentarán mejor, porque daré con la cantidad justa que ponerme. Esta mañana me he ido al trabajo con un tono de piel fantástico.


También probé el reafirmante de senos de Cereal’s. La verdad, lo probé por probar, porque la madre naturaleza ha sido taaaaaaan generosa conmigo que me ha dado una talla de sujetador que no se me cae nada, nada. Escasa pero firme, sí señora. Pero nunca está de más la hidratación y la prevención de las estrías. No vaya a ser que me crezcan de repente y tengamos un disgusto. Al principio pensé que el olor del gel era… ¿cómo decirlo? ¿Raro? Pues sí, raro.

Pero Nuria me ha aclarado que es por la alta concentración de aceites esenciales y activos, mayor que en los productos que compramos en las tiendas y más parecida a la de los productos de los centros de belleza. Además, al ratito no se notaba nada.


Ahora me queda probar la loción blanqueadora y renovadora para las manchas de la piel por el sol y el acné (justo lo que necesito) y el gel coadyuvante en el linfodrenaje y la adiposidad localizada (en lo que viene siendo, mayormente, la celulitis y las piernas hinchadas, que diría Fiti). Estoy segura de que me van a gustar.

¿Qué más contaros de estos productos y esta web? Pues que para esta Navidad están preparando kits especiales (como el de los polvos Ultraglow con una brocha especial para aplicarlos, un gel para ducha y pelo de Young & Pure y un limpiador facial de la misma marca) y nuevos productos como las sombras de ojos Ultraglow. Que podéis ver en la web un vídeo sobre los polvos donde explican cómo aplicarlos y todos los usos que tienen. 

Y que, qué leches, que vamos a hacer un concurso para que la afortunada (o el afortunado, mira que si pinchaste en el enlace por lo del “Mejor polvo de tu vida” y al final te llevas el polvo, ¡cuéntaselo a tus amigos!…) pruebe estos increíbles Ultraglow. Será en breve, después del concurso de los gemelos que Miriam comentó la semana pasada. Manteneos atentas…

Buscando en el baúl de los recuerdos...

“¡Uuuuuhh!”. Qué buen rollo me da la melodía de esta canción de Karina…

Y qué bien me viene para lo que os voy a contar.

Como en la moda, el maquillaje siempre tira de tendencias y estilos que ya se llevaron hace algunos años (en algunos casos, mucho años). Y eso me gusta porque siempre podemos variar un poquito la forma de maquillarnos para no ir siempre iguales. Un eyeliner y un labio rojo al estilo años cincuenta, unos pómulos rosados y las pestañas a lo babydoll para emular nuestra infancia, unas sombras azules radicales para emular a los ochenteros…

Y productos que podemos volver a usar para animar nuestros rostros de una forma diferente. Es lo que hice el fin de semana pasado. Como iba vestida en tonos marrones, me decidí a maquillarme los ojos con sombras tierra. Normalmente no las uso porque me da la sensación de que me dan aspecto de cansada (mis ojeras, muy chulas ellas, no son moradas o azuladas, sino que tienden al marrón), pero rescaté de mi neceser algunos productos que me convencieron y de mi imaginación algunas técnicas que se llevaban antes:

-Las sombras mono Color Focus de Lancôme en los tonos Pêche Melba (un tono melocotón irisado que me puse en el párpado móvil) y Vanille des Îles (dorado muy clarito, que me puse bajo el arco de la ceja). Las tengo hace un montón, pero nunca las había usado porque no encontraba la ocasión. Y fíjate tú, fue ésta. Si es que hay que probar y probar y darle oportunidades a las cosas…

-La sombra marrón mate de Mercadona, el tono 17. La apliqué para hacerme un semiahumado, pero no poniéndomela en todo el párpado móvil y en el inferior, sino dibujando la “banana” que se hacía en los años sesenta y difuminándola mucho. Nars ha usado este estilo de maquillaje de ojos en su campaña para este otoño-invierno. Y al dejar el párpado móvil más clarito da más luz a la mirada. Eso sí, difuminad, difuminad (¡malditas!).

-El perfilador de ojos marrón de Mercadona. En lugar de aplicarlo directamente en el ojo, tomé el truco de Tuimagenpersonal.com y me pinté el dorso de la mano con él y luego “mojé” un pincel biselado con el que me lo apliqué para delinear el ojo por arriba y por abajo. Queda más difuminado y natural.

-Un lápiz blanco de Faber Castell. Sí, lo sé, es una marca de lápices para escribir, como los del cole, pero no soy una bruta. No tanto, quiero decir. Es que además hacen estos lápices para maquillarse. Yo lo compré en Mercadona. En lugar de usarlo de eyeliner, como hacían mis amigas del cole cuando yo tenía quince años (nunca lo entendí, me parecía que quedaba horrorosa la línea blanca en el párpado, pero según ellas era lo más; yo es que era una incomprendida, creo), me lo puse por dentro del ojo, pero sin marcarlo demasiado para que no se notara tan blanco (lo ideal es hacerlo con un lápiz vainilla, pero no tengo) para que se me borrara un poco el aspecto de cansada. Y funciona, además de que hace el ojo más grande (otro truco: si tenéis los ojos rojos perfiladlos por fuera con lápiz azul en lugar de negro, ese color neutraliza el rojo).

-Un colorete dorado y uno tostado, como los que tenía mi madre cuando yo era pequeña y me sentaba a ver cómo se maquillaba. El tostado para marcar el pómulo (poniendo cara de Sara Montiel lo aplicas por debajo del hueso para marcar la mejilla) y el dorado por encima de la manzana de la mejilla, sonriendo, para iluminar. Son de Mercadona.

-El brillo de labios, que tampoco pasa nunca de moda desde que salió al mercado, era de Mercadona también: Bronzingold de la línea de maquillaje de verano, que huele genial, es suave y es tono melocotón irisado. Precioso.

-Y algo que, pasen los años que pasen, siempre está de moda: unas buenas pestañas. Con la máscara The Colossal Volum’Express de Maybelline se consiguen muy fácilmente. Y además me puse antes una capa de Hypnôse Precious Cells para alargarlas y darles el toque de serum que tiene. Esta máscara la tengo de muestra, no os creáis que tengo varias en tamaño de compra porque una no es el Banco de España…(eso me decía mi madre cuando le pedía para pinturitas en mi tierna adolescencia).

Porque yo lo valgo (y mi cara lo pedía a gritos)


Sábado por la tarde. Después de un viernes de levantarse a las 7:00, trabajar hasta las 15:00, ir corriendo a comer, comer como los pollos, intentar dormir una siesta y no poder, arreglarse, estar en pie hasta las 5:00, levantarse a las 11:00, hacer la comida para las chicas y el chico, no poder dormir siesta de nuevo, y tener que arreglarse de nuevo. Para estar estupenda, claro. ¿¿¿¿Cómo demonios lo iba a conseguir???? Imaginad mi cara...


Tuve que recurrir a un producto maravilloso del que me habían hablado y había leído mucho. Beauty Flash Balm, de Clarins. Una prebase de maquillaje que también puede usarse como mascarilla, que sirve para devolver a la piel la luminosidad, relajar los rasgos, estirar la piel y dejar un aspecto de piel descansada. Vamos, la leche en verso.

Nunca lo había comprado y estaba en mi wishlist, y como el jueves veía la que se avecinaba el finde, y hacía poco que había cobrado, decidí liarme la manta a la cabeza. A ver, tampoco es tan caro, son 34€, y debo decir que muy bien invertidos.


Lo usé como prebase de maquillaje, y la verdad es que al principio no me veía nada diferente. Pero conforme pasaban los minutos es verdad que me veía la cara como más estirada, más relajada. Luminosa. Y el efecto me duró toda la noche (y eso que me maquillé a las 20:00 y me acosté a las 4:00). Y (es la última "y" del párrafo, lo prometo) sin un brillo en toda la noche, sólo luminosidad. Qué maravilla.

También contribuyó a mi buena (o algo mejor, al menos) cara el sérum Repairwear Laser Focus, de Clinique. Es un nuevo sérum que promete eliminar en 12 semanas las arrugas casi como si te hubieras sometido a una sesión de láser. O al menos acercarse mucho al efecto. Tengo una muestra porque en la revista Elle de este mes venía una tarjeta para canjearla en El Corte Inglés. Conseguirla parecía una tarea fácil, pero no fue así:

Me acerco al stand de Clinique en El Corte Inglés. Busco a la "Experta Clinique", que nunca están en su sitio, oye. Me armo de valor para no pasar vergüenza por pedirle una muestra con una tarjeta de la revista. Me dice que me tiene que hacer una ficha de mis datos primero. Le digo que ya la tengo hecha. Lo confirma diciendo "Ah, sí, de otra vez que te llevaste unas muestras del Sistema Tres Pasos". Con retintín, la tía. Como si las pagara ella, no te jiba. Le pregunto por otro producto, por relajar la cosa y dar un rodeo. Me lo explica todo. Y me dice "hasta luego". No, bonita, hasta luego no. Le digo "vale, pero ¿me das mi muestra?". Y me suelta que bueno, pero que no la vaya a usar yo, que eso es muy fuerte para mí, porque es para las arrugas. Como que no me la quería dar, vaya. Pues por mis ovarios que me la daba, hombre ya. Le tuve que decir, "bueno, pues se la daré a mi madre, pero dámela, por favor". Le faltó ponérselo detrás de la espalda en una mano y con la otra agitar su dedo índice estirado diciendo "pero prométeme que no la usarás, ¿eh, bonita?". Vamos, que me fui de allí entre asustada porque apareciese detrás de alguna columna para recordármelo y mosqueada por su mala leche. Pero con mi muestra. ¡Olé!

Bueno, pues el sábado me puse el dichoso sérum. Pero como es para las arrugas profundas y yo realmente no las tengo en lo que es el cutis, me lo puse sólo en el contorno de los ojos. Se me quedó suave y satinado, y me facilitó mucho el maquillaje en la zona. Por eso contribuyó a que tuviera mejor cara. Ahora lo uso cada día, a ver si me hace el efecto que promete. Si lo cumple, a lo mejor lo compro. Pero en otro El Corte Inglés, por supuesto.
Así que, ese día (esa noche, más bien), salí restaurada, iluminada, relajada, estirada y dispuesta a echarme unos bailes si hacía falta:



PD: El domingo me puse Beauty Flash Balm a modo de mascarilla, después de limpiar y exfoliar la piel muy bien. Mientras se iba absorbiendo (porque es una mascarilla que se retira con un pañuelo de papel, y no enjuagándola con agua) parecía que me quedaba la cara fenomenal. Pero debo decir que al retirarme el exceso que quedó después del tiempo de rigor me quedaron muchos grumos en la cara que no había manera de retirar. Salvo con agua, con lo cual le quitas un poco la gracia al asunto. Pero bueno, en cualquier caso, ha sido un gran descubrimiento que os recomiendo.
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