Una limpieza de cutis terrorífica

Solemos leer post y reviews de buenas experiencias en tratamientos de belleza. De centros que hacen las cosas bien, de masajes extraordinarios, protocolos de belleza para gozar, pero ¿Qué hay de las malas experiencias?

Como buena "beauty hunter" he tenido algunas que me han dado ganas de llegar a casa y publicar en todas partes “este sitio es un peligro”. Pero, siempre tienes el dilema de si publicar algo desagradable podría causar prejuicios y bla bla bla. Es bastante triste, pero es verdad que los medios que viven de la publicidad jamás criticarán productos ni salones de belleza. Lo mismo pasa con las top bloggers sería perjudicial para ellas expresar algo negativo porqué otras marcas se lo pensarían mucho antes de contactarlas para probar algún producto o tratamiento.

Pero ¿Yo? A mí no me gusta criticar ni los comentarios negativos, no suelo hacerlos y muchas veces si un producto no me funciona o no me gusta simplemente no escribo nada sobre el y punto. Muchas veces, sobretodo en reviews de productos acabados comento tanto en positivo como en negativo porqué sino no estaría siendo realista y en el fondo un blog para mí siempre será eso: opiniones y expresiones reales de mujeres reales y no de relaciones públicas de la marca.

En este caso se trata de un tratamiento de belleza. He decidido no dar nombres. No nombraré el centro. No haré publicidad negativa del centro porqué moralmente no me apetece. Pero siempre sabéis que estoy disponible por email.

Solo diré que es un centro de estética del centro de Barcelona al que jamás voy a volver. Fui a hacerme una limpieza de cutis o higiene facial y decidí descubrir ese lugar ya que era seguidora en sus redes sociales y ese mes (febrero) tenía en promoción la higiene facial con tratamiento y estaba al 50%.

Pues bien, al llegar todo fue normal y correcto, miró mi piel y me dijo el tratamiento posterior de la higiene que me recomendaba de la firma Skeyndor, al final opté por otro porqué como ya le comenté mi piel es muy sensible.

El protocolo dio comienzo como cualquier otra limpieza aunque aquí las aplicaciones eran mas bruscas. Se notaba que la esteticista (además dueña del centro) no estaba de buen humor (o es que es así) y que estaba desganada y eso lo notaba mi piel. El momento extracción fue de los peores de mi vida. Sí siempre el momento extracción “suele” ser algo doloroso sobretodo en la zona nariz y pómulos. Pero si sumamos a esto la “brutalidad” de la esteticista, las pocas ganas y el no escucharme a mí cuando le decía “no puedo más duele mucho” el momento se vuelve una tortura. En serio, no soy exagerada sino no escribiría este post y sobretodo después de casi un mes que ha pasado, lo pasé mal de verdad.

Después de esto acabó lo peor porqué tocaba aplicar mascarilla que mas o menos lo hizo decentemente y el masaje facial también.

Después tenía reservado depilación de medias piernas y aquí tampoco quedé nada satisfecha. El papel se le atascaba al quitarlo por lo que acabé con bastante moraditos y marcas que preferiría no haber tenido la verdad. Las cosas cuando las haces a desgana o de forma brusca tienen estos resultados.

Conclusión: No te dejes llevar por buenas promociones si no es un centro de confianza o con profesionales de verdad o que tengas buenas referencias reales de ellos.

Lo barato sale muy caro. La tortura a la que sometí a mi piel no merece la pena por ahorrarse unos euros.