¿Chicas? ¿Seguís ahí? ¿No nos habéis abandonado por ser una plasta? Ah, sí, tú sí que estás. Me alegro. Pues vamos al lío. Voy con otro clásico de los temas del verano. Que no es las vacaciones de Belén Esteban ni las domingas de la Lomana, sino el maquillaje en esta época.
En verano, como nos dicen cada año, se llevan lo maquillajes en tonos dorados y ocres, naturales, o luminosos para las sombras, y los polvos de sol son la estrella. Las bases de maquillaje que se usan deben ser más ligeras que en invierno, o bien pasarse a los polvos directamente. Y las texturas en crema, para quien las lleve bien, son preciosas por la luminosidad que dan. Hablando de luminosidad, acabo de leer un truco muy interesante (en Tuimagenpersonal.com): como tu base de maquillaje de invierno será más clara que el tono de piel que tienes ahora, puedes usarla sólo en la zona T (frente, nariz y barbilla) para iluminarla, y luego usar los polvos de sol para broncear el resto. Sobre la aplicación de los polvos bronceadores, puedes verlo en la foto de Ariadne Artiles: para dar un aspecto como de recién llegada de la playa, aplica los polvos de sol en horizontal sobre la frente y luego sobre la nariz y los pómulos, también en horizontal (es decir, desde la nariz hacia los lados, cubriendo todo el pómulo, que no mejilla), y en la barbilla. Yo, cuando estoy menos bronceada, me los aplico de otra forma: un toque en la nariz, otro en la frente, y desde las sienes hago una especie de “3” que va de la sien al pómulo, y de éste a la mandíbula (¿lo entiendes, o me explico como un libro cerrado?).
En mi caso, debo decir que me maquillo igual en verano que en invierno, al menos a diario. No me pongo base de maquillaje y me aplico directamente los polvos de sol, salvo que me quiera arreglar más y me ponga antes la base de maquillaje en polvo Nude de Dior, que es fantástica. Los calores me hacen preferir todas las texturas en polvo, porque entre el calorcillo, el sudor y la grasa de la piel las texturas en crema se me acaban derritiendo en la cara y, o bien el colorete desaparece a los cinco minutos, o las sombras se me acumulan en los pliegues del párpado. Y no está una para parecer un cuadro de Picasso, la verdad. Mejor texturas en polvo, que se mantienen en su sitio. Aunque he de reconocer que me encanta cómo quedan los coloretes en crema. Los de Mac y Bobbi Brown son preciosos. Tengo uno de Deliplus, en un rosa muy favorecedor, pero tiene el inconveniente de que recién puesto me da la sensación de parecer una muñeca pepona, y a los cinco minutos ya ha desaparecido, con lo cual…
En cuanto a los ojos, como decía antes, las sombras ocres, doradas, marrones y de toda esa gama quedan súper naturales y destacan la mirada, sobre todo si tienes la suerte de tener los ojos marrones, como yo (¡reivindiquemos los ojos marrones, que están tan desprestigiados, chica!). De nuevo, hago referencia a Ariadne Artiles (esta chica me parece de lo más guapa, además siempre está fabulosamente maquillada, peinada, tonificada y definida; ains, qué envidia más sana…). Si te fijas en sus fotos, casi siempre lleva los ojos maquillados en tonos marrones dejando el párpado móvil con un toque de sombra clara para darle luz, con la sombra marrón oscura enmarcando todo el ojo, párpado inferior incluido, y con pestañón y eyeliner. Ojazo, vamos. Juro que lo he intentado mil veces, pero no consigo verme tan bien al maquillarme así. Es como si las sombras marrones me dieran la sensación de tener más ojeras. O estoy un poco obsesionada con eso, que también, ya os contaré otro día. Si lo que preferimos es dar algo de color al ojo, por ejemplo para salir de noche, me encantan en verano los ahumados en tonos verdes luminosos (de nuevo, con los ojos marrones quedan genial). La sombra Swimming, de Mac, es preciosa. Y los ahumados en dorados (la sombra Holographic, de L’Oreal, en dorado, es una pasada). También se llevan este año las sombras azules, aunque me recuerdan a mi madre en los años ochenta y no me van demasiado.
En cuanto a texturas, como comentaba al principio, las sombras en crema son muy favorecedoras porque dejan un tono brillante y, en teoría, duran mucho. Muchas firmas tienen este tipo de sombras, pero me llamó especialmente la atención un anuncio en prensa sobre las sombras en crema de Cargo para Sephora. Es una especie de caja rectangular con infinitud de tarritos con sombras en crema, en muchos colores, y por un precio muy asequible.
Por último, las uñas. Me gusta llevarlas siempre pintadas, sobre todo con la manicura francesa (salvo a veces, ya sabes), pero el verano es el momento ideal para dejarnos llevar un poco más y recurrir a colores más llamativos. Y en los pies mucho más. Me encantan los rojos vivos, los rosas ácidos y los corales, aunque he tardado en atreverme a usarlos. Si te pasa lo mismo, empieza por los pies. Unas buenas uñas pintadas en colores vivos hacen más bonitas unas sandalias planas, por ejemplo. Deliplus (otra vez, nuestra amiga Mercadona, que está en todo) tiene unos tonos preciosos. Si tu presupuesto puede permitirse algo más alto, tienes las lacas de Dior y Chanel, con un colorido fantástico (aunque debo decir que los tonos Taupe y el verde jade que tanto se están llevando estas temporadas no me convencen nada). Eso sí, si vas a llevar las uñas pintadas en colores vivos y/o fuertes (aunque sean oscuros) llévalas bien cortitas y cuadradas si no quieres parecerte a tu tía abuela.
Así que nada, después de este ensayo sobre el maquillaje estival, queda que te pongas manos a la obra. ¿No te apetece, después de leer cosas sobre belleza y maquillaje, ponerte en seguida a darle a las brochas y salir del baño monísima? A mí sí…