Asustada
estoy desde que esta mañana he visto un anuncio en la tele con lo último para
hacer crecer el pecho. Bueno, la verdad es que no sabía si horrorizarme o
mearme de la risa, porque el invento tiene guasa. Hay que tener en cuenta que
el anuncio era de esos de televenta, pero es que madre mía de mi vida, pensar
que pueda haber gente que compre este artilugio me da entre pena y vergüenza
ajena.
Os
cuento en qué consiste la cosa, que estaréis en ascuas. Se trata de una especie
de copa de plástico que se coloca en el pecho en cuestión (es decir, primero en uno y luego en otro, no
vayamos a quedarnos teticojas si el invento funciona), dejando el seno dentro
de la copa. Esta copa lleva un tubito de plástico también que termina en un mecanismo
de accionamiento de lo más sofisticado: un gatillo que se aprieta como el del
bote del Cristasol. ¿Y cómo funciona? Pues cada vez que accionas el gatillo ese
el aire de la copa sale, con lo cual se hace un vacío que supuestamente hace
que el pecho crezca. ¿Flipáis tanto como yo?
Qué
grima me está dando de acordarme, dolor me da de imaginármelo, como si me pudiera
estallar (por no decir reventar, que es más gráfico) el pecho en plan leyenda
urbana de Ana Obregón en el avión… Porque lo mejor es que se supone que tienes
que hacer eso diez minutos por la mañana, y otros diez por la noche. ¡Madre de
Dios!
Por
suerte, tenemos otros medios más agradables y naturales no ya de aumentar el
pecho, pues creo que fuera de la cirugía nada puede hacer crecer el pecho si no
estás en plena adolescencia, y en ese caso serían las hormonas, sino de tenerlo
más firme y bonito. Firmeza que puede hacer parecer que tenemos una talla más,
por cierto.
Y uno
de ellos es una crema que llevo probando varios meses, desde que la firma Skin
Method la presentó, y que me encanta.
Se
trata de Body Solution Tratamiento de Senos, y es un cosmético de efecto
lifting y volumen que promete esculpir el pecho en cuestión de semanas. Tiene
una textura gel-crema muy sedosa que se absorbe enseguida y deja la piel muy
suave y elástica, y gracias a sus péptidos tonificantes y reafirmantes aporta
volumen, un efecto tensor y una mayor solidez al seno. La verdad es que el
efecto volumen yo no lo he notado, pero seguro que es porque últimamente no
hago más que adelgazar (sin querer, que conste, y además lo primero de lo que
adelgaza una siempre es el pecho, cagüen…), pero sí que me veo la piel del
escote más bonita, más suave, más tersa, como más llena. Y aunque firmeza no me
falta gracias a este pecho de adolescente que gasto, sí que se nota su efecto
con esta crema.
En fin,
un producto que recomiendo porque para el buen tiempo que parece que por fin
llega esta semana los escotes y bikinis se harán imprescindibles. Además, me
gusta que esté fabricado por una empresa española que fabrica sus propios
principios activos, como ya os conté en otro post, y que tenga un precio
bastante asequible para su gran eficacia: 24,95€/ 100ml. Por cierto, lo podéis
comprar en Carrefour Planet.
Ah,
hablando de ridiculeces, y para terminar. El otro día me probé en casa la “faja”
que me había comprado en Primark para llevarla debajo de vestiditos de verano
de esos con los que se te ve el culo como un flan por mucho que te mates a
sentadillas. Una de esas que están tan de moda ahora entre las famosas, que son
como un pantalón ciclista que te llega por debajo del pecho, y en color carne o
negro, y que recogen, levantan, controlan y estilizan. Vamos, como ésta:
Bueno, pues imposible
subírmela. No sabéis la de contorsionismos que tuve que hacer para conseguir colocármela,
me daba hasta vergüenza pensar que alguien pudiera verme en semejante momento.
Horroroso. Tanto que, cuando me la quité (casi con sonido de descorche, de lo
apretada que la tenía), tuve que comprobar que era de mi talla y no me había
equivocado y comprado una de la talla 32. Y lo peor es que, cuando intentaba
subírmela para colocármela bien, la tenía tan pegada a la piel que me daba
pellizcos todo el rato, qué tortura. Pero es que, para más inri, me hacía unas
piernas zambas, como si hubiera dejado el caballo en la puerta, y un culo de
abuela feísimo. Por no hablar del momento ir a hacer pis cuando la llevase puesta.
Vamos, que ahí se ha quedado, en el cajón de las compras absurdas, y yo seguiré
matándome a ejercicios de glúteos con mi aplicación Nike Training Club.