PROMOS

Buscando en el baúl de los recuerdos...

“¡Uuuuuhh!”. Qué buen rollo me da la melodía de esta canción de Karina…

Y qué bien me viene para lo que os voy a contar.

Como en la moda, el maquillaje siempre tira de tendencias y estilos que ya se llevaron hace algunos años (en algunos casos, mucho años). Y eso me gusta porque siempre podemos variar un poquito la forma de maquillarnos para no ir siempre iguales. Un eyeliner y un labio rojo al estilo años cincuenta, unos pómulos rosados y las pestañas a lo babydoll para emular nuestra infancia, unas sombras azules radicales para emular a los ochenteros…

Y productos que podemos volver a usar para animar nuestros rostros de una forma diferente. Es lo que hice el fin de semana pasado. Como iba vestida en tonos marrones, me decidí a maquillarme los ojos con sombras tierra. Normalmente no las uso porque me da la sensación de que me dan aspecto de cansada (mis ojeras, muy chulas ellas, no son moradas o azuladas, sino que tienden al marrón), pero rescaté de mi neceser algunos productos que me convencieron y de mi imaginación algunas técnicas que se llevaban antes:

-Las sombras mono Color Focus de Lancôme en los tonos Pêche Melba (un tono melocotón irisado que me puse en el párpado móvil) y Vanille des Îles (dorado muy clarito, que me puse bajo el arco de la ceja). Las tengo hace un montón, pero nunca las había usado porque no encontraba la ocasión. Y fíjate tú, fue ésta. Si es que hay que probar y probar y darle oportunidades a las cosas…

-La sombra marrón mate de Mercadona, el tono 17. La apliqué para hacerme un semiahumado, pero no poniéndomela en todo el párpado móvil y en el inferior, sino dibujando la “banana” que se hacía en los años sesenta y difuminándola mucho. Nars ha usado este estilo de maquillaje de ojos en su campaña para este otoño-invierno. Y al dejar el párpado móvil más clarito da más luz a la mirada. Eso sí, difuminad, difuminad (¡malditas!).

-El perfilador de ojos marrón de Mercadona. En lugar de aplicarlo directamente en el ojo, tomé el truco de Tuimagenpersonal.com y me pinté el dorso de la mano con él y luego “mojé” un pincel biselado con el que me lo apliqué para delinear el ojo por arriba y por abajo. Queda más difuminado y natural.

-Un lápiz blanco de Faber Castell. Sí, lo sé, es una marca de lápices para escribir, como los del cole, pero no soy una bruta. No tanto, quiero decir. Es que además hacen estos lápices para maquillarse. Yo lo compré en Mercadona. En lugar de usarlo de eyeliner, como hacían mis amigas del cole cuando yo tenía quince años (nunca lo entendí, me parecía que quedaba horrorosa la línea blanca en el párpado, pero según ellas era lo más; yo es que era una incomprendida, creo), me lo puse por dentro del ojo, pero sin marcarlo demasiado para que no se notara tan blanco (lo ideal es hacerlo con un lápiz vainilla, pero no tengo) para que se me borrara un poco el aspecto de cansada. Y funciona, además de que hace el ojo más grande (otro truco: si tenéis los ojos rojos perfiladlos por fuera con lápiz azul en lugar de negro, ese color neutraliza el rojo).

-Un colorete dorado y uno tostado, como los que tenía mi madre cuando yo era pequeña y me sentaba a ver cómo se maquillaba. El tostado para marcar el pómulo (poniendo cara de Sara Montiel lo aplicas por debajo del hueso para marcar la mejilla) y el dorado por encima de la manzana de la mejilla, sonriendo, para iluminar. Son de Mercadona.

-El brillo de labios, que tampoco pasa nunca de moda desde que salió al mercado, era de Mercadona también: Bronzingold de la línea de maquillaje de verano, que huele genial, es suave y es tono melocotón irisado. Precioso.

-Y algo que, pasen los años que pasen, siempre está de moda: unas buenas pestañas. Con la máscara The Colossal Volum’Express de Maybelline se consiguen muy fácilmente. Y además me puse antes una capa de Hypnôse Precious Cells para alargarlas y darles el toque de serum que tiene. Esta máscara la tengo de muestra, no os creáis que tengo varias en tamaño de compra porque una no es el Banco de España…(eso me decía mi madre cuando le pedía para pinturitas en mi tierna adolescencia).

Porque yo lo valgo (y mi cara lo pedía a gritos)


Sábado por la tarde. Después de un viernes de levantarse a las 7:00, trabajar hasta las 15:00, ir corriendo a comer, comer como los pollos, intentar dormir una siesta y no poder, arreglarse, estar en pie hasta las 5:00, levantarse a las 11:00, hacer la comida para las chicas y el chico, no poder dormir siesta de nuevo, y tener que arreglarse de nuevo. Para estar estupenda, claro. ¿¿¿¿Cómo demonios lo iba a conseguir???? Imaginad mi cara...


Tuve que recurrir a un producto maravilloso del que me habían hablado y había leído mucho. Beauty Flash Balm, de Clarins. Una prebase de maquillaje que también puede usarse como mascarilla, que sirve para devolver a la piel la luminosidad, relajar los rasgos, estirar la piel y dejar un aspecto de piel descansada. Vamos, la leche en verso.

Nunca lo había comprado y estaba en mi wishlist, y como el jueves veía la que se avecinaba el finde, y hacía poco que había cobrado, decidí liarme la manta a la cabeza. A ver, tampoco es tan caro, son 34€, y debo decir que muy bien invertidos.


Lo usé como prebase de maquillaje, y la verdad es que al principio no me veía nada diferente. Pero conforme pasaban los minutos es verdad que me veía la cara como más estirada, más relajada. Luminosa. Y el efecto me duró toda la noche (y eso que me maquillé a las 20:00 y me acosté a las 4:00). Y (es la última "y" del párrafo, lo prometo) sin un brillo en toda la noche, sólo luminosidad. Qué maravilla.

También contribuyó a mi buena (o algo mejor, al menos) cara el sérum Repairwear Laser Focus, de Clinique. Es un nuevo sérum que promete eliminar en 12 semanas las arrugas casi como si te hubieras sometido a una sesión de láser. O al menos acercarse mucho al efecto. Tengo una muestra porque en la revista Elle de este mes venía una tarjeta para canjearla en El Corte Inglés. Conseguirla parecía una tarea fácil, pero no fue así:

Me acerco al stand de Clinique en El Corte Inglés. Busco a la "Experta Clinique", que nunca están en su sitio, oye. Me armo de valor para no pasar vergüenza por pedirle una muestra con una tarjeta de la revista. Me dice que me tiene que hacer una ficha de mis datos primero. Le digo que ya la tengo hecha. Lo confirma diciendo "Ah, sí, de otra vez que te llevaste unas muestras del Sistema Tres Pasos". Con retintín, la tía. Como si las pagara ella, no te jiba. Le pregunto por otro producto, por relajar la cosa y dar un rodeo. Me lo explica todo. Y me dice "hasta luego". No, bonita, hasta luego no. Le digo "vale, pero ¿me das mi muestra?". Y me suelta que bueno, pero que no la vaya a usar yo, que eso es muy fuerte para mí, porque es para las arrugas. Como que no me la quería dar, vaya. Pues por mis ovarios que me la daba, hombre ya. Le tuve que decir, "bueno, pues se la daré a mi madre, pero dámela, por favor". Le faltó ponérselo detrás de la espalda en una mano y con la otra agitar su dedo índice estirado diciendo "pero prométeme que no la usarás, ¿eh, bonita?". Vamos, que me fui de allí entre asustada porque apareciese detrás de alguna columna para recordármelo y mosqueada por su mala leche. Pero con mi muestra. ¡Olé!

Bueno, pues el sábado me puse el dichoso sérum. Pero como es para las arrugas profundas y yo realmente no las tengo en lo que es el cutis, me lo puse sólo en el contorno de los ojos. Se me quedó suave y satinado, y me facilitó mucho el maquillaje en la zona. Por eso contribuyó a que tuviera mejor cara. Ahora lo uso cada día, a ver si me hace el efecto que promete. Si lo cumple, a lo mejor lo compro. Pero en otro El Corte Inglés, por supuesto.
Así que, ese día (esa noche, más bien), salí restaurada, iluminada, relajada, estirada y dispuesta a echarme unos bailes si hacía falta:



PD: El domingo me puse Beauty Flash Balm a modo de mascarilla, después de limpiar y exfoliar la piel muy bien. Mientras se iba absorbiendo (porque es una mascarilla que se retira con un pañuelo de papel, y no enjuagándola con agua) parecía que me quedaba la cara fenomenal. Pero debo decir que al retirarme el exceso que quedó después del tiempo de rigor me quedaron muchos grumos en la cara que no había manera de retirar. Salvo con agua, con lo cual le quitas un poco la gracia al asunto. Pero bueno, en cualquier caso, ha sido un gran descubrimiento que os recomiendo.

Mi rutina

Estaba claro que no podía faltar un post de mis rutinas y mis productos estrella. Es el peaje que os toca pagar por tener los de todas las participantes en el concurso de “eNe by Suárez”, a ver si os creéis que esto iba a ser un camino de rosas. Pues no, en todo caso es un camino de Rosa (lo siento, la broma era muy fácil).

¿Cómo contaros la de productos que uso y cosas que me pongo en unas líneas? Vamos a intentarlo:

Para el cuidado de la piel, lo fundamental es la limpieza, la hidratación y la protección. Sobre todo si tienes una piel tan…¿satinada? ¿grasa? ¿resbaladiza? como la mía. Los limpiadores que uso y me funcionan, uno por la mañana y otro por la noche, son Equilibran-T de Pond’s y Garnier CleanDetox. Y nunca, nunca, nunca, me acuesto sin limpiar la piel. Así esté ardiendo Troya. Después, un tónico como el de rosas de Carla Bulgaria Roses Beauty.

 Ya sabéis que lo descubrí hace nada, pero estoy encantada por cómo me deja la piel de fresca. Incluso me lo pongo en el contorno de ojos y los descongestiona mucho. Otro que me encanta es el de Clinique, y desde que no lo uso noto incluso que me salen más puntos negros. 

Hablando de puntos negros, la exfoliación es fundamental. Una vez me dijeron en Clinique que yo podría exfoliarme a menudo (¿me estaban insultando y no me enteré?). Me pareció mucho, pero lo hice y es cierto que la piel la tenía perfecta, súper luminosa. Dos días me daba el exfoliante y uno descansaba. Eso sí, era un exfoliante suave. Ahora no lo hago tan a menudo, pero tengo la piel bien (que con treinta años casi también era hora). El que uso es el de Garnier Pure, y me encanta. De crema hidratante, una fluida, con color, con SPF 15 o más. La mejor hasta ahora, Olay Total Effects x7 con un toque de maquillaje. La de Carla Bulgaria Roses Beauty me gusta, aunque me hace algo más de brillos a lo largo de la mañana y además no tiene color. 

El contorno de ojos es mi caballo de batalla, así que pruebo constantemente nuevos. Ahora estoy con el roll-on cafeína de Garnier con el toque de corrector, y no está nada mal. Pero quiero probar los de Khiel’s porque tienen muy buena fama, y ya quiero usar alguno para combatir las primeras arrugas (sí, ya me toca). Por las noches me pongo un poco de la crema con Q10 de Carla Bulgaria Roses Beauty. Y por la noche también, pero en la cara, me pongo el Hidra Gel de Carla Bulgaria, porque hidrata la piel sin dejarla nada de grasa y además calma y descongestiona. Por cierto, se me ha olvidado comentar el tema de los serums. Son buenísimos, ya lo sabéis. Para mí, el mejor que he usado por su función es Idealist, de Estée Lauder, pero su precio se me va bastante de presupuesto ahora (aunque cunde mucho). 

Ahora estoy probando una muestra de Genifique, de Lancôme, que es antiedad y en realidad no me hace falta todavía, pero noto la piel súper descansada y con más luminosidad. Cuando la cosa esté más boyante quiero probar Even Better Clinical, de Clinique, porque es para eliminar las manchas del sol e incluso las de los granos, o eso dicen. 58 euritos, así que más le vale ser efectivo…


Pasando al cuerpo, soy la reina probadora de anticelulíticos, ya os lo he contado alguna vez. Para mí el más efectivo es Body Creator, de Shiseido. Tiene un precio elevado, pero de verdad es bueno. Ahora estoy usando el de Roc, y está bien también.

 Aunque lo mejor para la celulitis es una buena clase de spinning, para qué engañarnos. O de elíptica. Y acompañadas de sentadillas y otros ejercicios de tonificación. Se nota, de verdad. 

Para la hidratación me gusta Nivea y el aceite de baño con aloe vera de Mercadona. También probé una muestra de Natural Honey al aceite de argán y la versión love lotion, y me gustaron mucho las dos por su olor y cómo hidrataban la piel. Exfoliante: los de Sephora me encantan por su olor, pero como yo tengo la piel casi de esparto necesito algo más fuerte, así que recurro al truco casero de mezclar sal fina con el gel de baño, y frota que te frota. Se te queda la piel espectacularmente suave. 

Desodorante: Deo Pure gel, de Biotherm. Muy bueno, ligero, sin color y casi sin olor, y realmente efectivo. Gel: soy una clásica. El Magno de toda la vida. Tiene un olor ligeramente masculino que me encanta, limpia muy bien pero a la vez hidrata y es barato. Champú: también he probado miles, y me quedo con el Cuidado Clásico de TRESemmé. Aunque ahora quiero probar el nuevo de Pantene, Aqualight (es bueno cambiar de champú cada cierto tiempo). 

El acondicionador que mejor me va, que me deja el pelo más suave y suelto que otros mucho más caros, es el hidratante de Mercadona (el de los ribetes azules). Me suaviza el pelo más incluso que la mascarilla Repara y Protege de Pantene, y cuesta sólo 1,30€ o por ahí. Y en mascarilla lo mismo, la de Mercadona me flipa. Aunque también me gusta Total Repair de Elvive.

Por cierto, truco: te lavas el pelo normalmente, te lo secas un poco con la toalla y te pones la mascarilla. No te la aclaras. Dejas que se seque el pelo totalmente, si hace falta con la toalla puesta (casi mejor), lo desenredas y te pasas la plancha. El calor de ésta hace que el pelo absorba todas las propiedades de la mascarilla (es lo que hacen en los tratamientos de queratina de las peluquerías chachipirulis), y luego enjuagas la mascarilla como normalmente. Es un engorro, lo sé, y te lleva toda la tarde, pero de verdad que se queda el pelo espectacular.

Otro día, mis productos de maquillaje, que ya está bien por hoy, ¿no?

And the "eNe by Suárez" goes to...

No podía salir un número fácil, no. No te digo ya entre los doce que había. Podría haber sido un 35, o un 17, o un 99, incluso. Pero no, para seguir la estela de cómo son las cosas últimamente, el número tenía que ser porcul...digo, complicadillo.



El 13500, señoras. Que menos mal que especifiqué que contaríamos las dos últimas cifras del número, porque si llego a considerar las tres últimas, me puede dar algo.


En fin, que como los dos ceros los contamos como el número 100, contando desde el 12 en adelante como si empezáramos de nuevo, el número 100 corresponde al.......tachán, tachán tachántachántachántachántachántachántachántachánchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaannnnnn (anda que....como si no hubiérais hecho ya los cálculos mientras digo gilipolleces de intriga):

¡El 4! ¡Luce, eres la ganadora! ¡Enhorabuena!

Y sí, ahora toca decir a las demás eso de que bueeeeeeno, que no pasa nada, que lo importante es participar...¡Y una mierddddddddddd! (huy, perdón, si yo no soy la que participa, que soy la que organiza...joder, Rosa, cómo estás hoy). Bueno, miradlo por el lado bueno: no os ha costado un pavo participar (salvo que tengáis que conectaros en un cyber y escribáis lentito como una tortuga), y os vais a llevar de premio de consolación el súper post que voy a redactar con vuestros consejos de las rutinas y los productos que mejor os funcionan. Y os digo que, por lo que he leído, será muy interesante.

Además, como os decía ayer, haremos más concursos en breve y periódicamente con buenos premios, así que no os desaniméis. Ni os enfadéis, como éste...


Luce, por favor, ponte en contacto conmigo en mi e-mail para organizar el envío del premio a donde quieras.
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