PROMOS

McGyver, Rosa McGyver

Aquí estoy de vuelta. Dispuesta a contaros mis aventuras de mis vacaciones. 

Tranquilas, no voy a hablaros de Mar Caribe, días soleados con altas temperaturas, hoteles maravillosos y aguas cristalinas. 

Porque, entre otras cosas, nos ha costado un poquito verlos (pero, todo sea dicho, lo hemos disfrutado). 

Ni tampoco os voy a contar toda la lista de despropósitos que hemos experimentado (retraso en el vuelo, un pasaje para colgarlo por los coj, digo por los pulgares, del palo más alto, pérdida de una maleta durante tres días, hotel horrible hasta que conseguimos que nos cambiaran a uno en condiciones, cortes de agua cuando uno está enjabonado, llamadas a las 2 de la mañana para hacer bromitas...). Más que nada, por no acordarme. Aunque ahora, en la distancia, nos reímos de todo. Pero madre mía, habríamos matado a más de uno y más de dos...

Lo que os quiero contar, ya que esto es un blog de belleza, es cómo me apañé durante tres días sin neceser. Sin pinzas de depilar (y yo sin depilarme las cejas no quedo con un aire a lo Natalia Vodianova, sino más bien a lo Macario, me parece a mí). Sin contorno de ojos (con lo que yo tengo en los ojos: bolsas, ojeras, primeras arrugas...). Sin gel, champú, acondicionador ni peine de púas anchas (y mi pelo no se pude desenredar con cualquier cosa, porque se parte con mirarlo). Sin líquido para las lentillas (menos mal que las que llevo puedo ponérmelas hasta una semana sin necesidad de quitármelas para dormir, porque si no iba a ir como Rompetechos por la playa). Sin exfoliante. Sin aftersun...Sin nada. Vamos, un horror.

Menos mal que en el bolso llevaba, a falta del neceser de emergencia que llevo siempre en el bolso (porque con lo que llevo ahí no me habrían dejado subir al avión pensando que iba a fabricar un bomba en pleno vuelo), la típica bolsa transparente con cosas de aseo de emergencia. El serum de Clinique Repairwear Laser Focus, vaselina, sobrecitos de Hidragel de Rosas de Carla Bulgaria Roses Beauty, el protector solar facial con color de Mercadona SPF 50, el cepillo del pelo, y una pastilla de jabón de glicerina. Mi salvación. Y a la que uní cositas que fui recopilando del hotel.

Tuve que sacar a la McGyver que llevo dentro y usar productos que sirven para otras cosas para los fines que yo necesitaba. Para limpiarme la cara, recurrí al jabón de glicerina, que en realidad es para las manos.

 Aunque puede ser un poco fuerte, con la piel que tengo (ya sabéis, grasa como el tocino) me fue bastante bien. Como contorno de ojos, usé la muestra del serum Repairwear Laser Focus de Clinique. Para darle un poco de vida a la mirada por la noche, vaselina en los párpados (les da un brillo y un color natural bastante favorecedor) y en las pestañas (les da volúmen y además las fortalece, aunque si lleváis gafas y tenéis las pestañas largas como yo no es una buena idea a no ser que queráis ver la realidad así como distorsionada por una capita de grasa...). Como protector solar para todo el cuerpo, el facial de Mercadona. Se me veía el escote con un color precioso, a pesar de no haberme dado el sol todavía...

Como aftersun, el Hidragel de Rosas de Carla Bulgaria. Buenísmo porque refresca e hidrata un montón. Como exfoliante, azúcar mezclada con gel de ducha (del hotel, claro) para el cuerpo, y en la cara edulcorante, que es más fino. Y quedé de un dulcecito...mmmmm. Si es que cuando quiero soy un bombón, jaja.
Total, que para cuando nos llegó la maleta, al tercer día, casi ya ni necesitaba las cosas. Me había asalvajado...Bueno, el Listerine sí, estaba como loca por tenerlo. Porque allí compramos cepillos y pasta de dientes, pero la verdad es que estaba todo a precio de oro. Como si fueran de Chanel, vamos.

En fin, podría deciros que al final todo terminó bien. Sí y no. Porque ya teníamos nuestras cosas, nuestra ropa, un hotel en condiciones (Barceló Bávaro Palace de Luxe, muy, muy recomendable; y no os doy el nombre del primero porque es para matarlos), y el sol asomaba entre las nubes cuando le daba la gana. Podíamos descansar. Pero algo tenía que pasarnos el último día, para venir con más anécdotas. Y, como las anécdotas no venían por sí solas, las buscamos nosotros.

¿Que tenemos que hacer el check out pero tenemos toda la mañana para estar en la playa y hay que aprovechar el poco tiempo que nos queda aquí? Pues sí, vamos a ello. Pero qué pereza ponerse protector solar ahora, para luego estar pringados, sin saber si podremos ducharnos (en ese país, nunca se sabe). Y, además, está nublado. Pues cero protector solar, que tampoco va a pasar nada. ¿Que no pasa nada? Naranjito parecíamos cuando volvimos. Qué color, qué refulgencia, qué dolor al ponerme los vaqueros...

Y ahora la parte de belleza correspondiente: me salvó el Hidragel de Carla Bulgaria (hasta tres veces me la puse en el avión), la crema Hidramax+ de Chanel, mucho aceite de baño al aloe vera de Mercadona por las mañanas y la hidratante triple acción de Nivea por las noches en el cuerpo, y la mascarilla hidratante de Sannai. Y mucho cuidado al ponerme los calcetines.

PD: Nunca pongo fotos mías, pero después de contaros todo lo que os he contado, tenía que poner una foto en la que tuviera buena cara para que veáis que no todo ha sido tan malo, aunque lo cuente como lo cuento para que os riais un poco...

Uñas de gel

¿Qué tal? A alguna os ha tocado algo? a mí nada...que decepción! Y para decepciones mi experiencia con las uñas de gel.

Quedan preciosas la verdad, pero a medida que va creciendo la uña tienes que rellenarla para que no parezca que te has pegado las uñas mal.... Es un inconveniente para el bolsillo.


Pero para mí lo peor ha sido al quitarmelas. Mis uñas (geneticas...) han quedado debilitadas (muy débiles con nada que me doy un poco se agrietan!), finas y esmirriadas....cuando me las miro no las reconozco.

Yo tenía buenas uñas y bonitas casi sin cuidados. Ahora me da pena verlas. Y eso que solo llevé las uñas de gel 1 mes y medio...si llego a aguantar 6 meses como hacen algunas no quiero ni pensarlo, se me caerían a cachitos?


Con mi historia no quiero decir que las uñas de gel sean mal invento, igual a algunas les va genial y no les daña las uña. Pero mi experiencia ha sido esta y la verdad es que no pienso repetir.

La próxima vez esmalte de toda la vida y tan bien que me quedo.

¿A alguien le ha pasado lo mismo? Espero que no!..

Ya tenemos ganadora !

Bueno chicas! Gracias a todas por participar,pero solo podía ganar una.
El número premiado de la O.N.C.E el Martes 7 fue: 22.662.
El tema es que participasteis 11, pero uno es nulo ya que no es seguidora del blog (lo siento anónimo pero era un requisito imprescindible. Así que en total 10 comentarios.

Hacemos regla de tres, Si 62 es a 100,10 es a 6,2, és decir el comentario 6! Que corresponde a Crisús!! Felicidades!!!



Ahora elige el par de gemelos a tu gusto de Silvia Maeso y envianos tu elección al email del blog: ministeriobelleza@gmail.com

Gracias a todas y suerte en el próximo!

Alimento para el alma

¡Uff, qué místico suena el título! Tranquilas, que no estoy tan zen. Aunque he ido esta mañana a preguntar a un sitio donde dan clases de yoga y creo que me voy a apuntar. Vamos, es que lo estoy deseando. Pero ése es otro cantar que no tiene que ver con lo que os quiero contar.
En realidad, de lo que quiero hablar es de la cantidad de cosas que tenemos en la despensa para ponernos bellas. Más bellas, quiero decir. Y por dos duros.
Sin ir más lejos, el otro día pasaba por el salón de camino al baño con unas cuantas cosas y me preguntaron "¿Qué vas a hacer, una ensalada en el lavabo? Porque es que llevaba aceite, vinagre y sal. ¿Para qué? Pues mirad:

-Aceite para ponérmelo en las puntas (del pelo, no de los dedos, como ya supondréis). Cuando me voy a lavar el pelo al día siguiente (es decir, un día sí y otro no), por la tarde-noche me hago una coleta muy alta, me pongo aceite de oliva en los medios y puntas y me lo recojo en lo que mi amiga Lidia (del blog Con Zapatos Nuevos, no os lo perdáis) llama "un roete". Y así me lo dejo hasta el día siguiente, cuando me lo lavo. Esto sirve para hidratar y nutrir el pelo, y lo deja muy suave. Lo podéis hacer también con el aceite de almendras, como el que tienen en Mercadona, que también lo deja perfecto. Para las más sibaritas que pueden permitirse gastar más (cómo me gusta el anuncio ese de "el que despilfarra, la paga") Kerastáse ha sacado un aceite ideal a base de aceite de argán que por lo visto es la caña. Pero yo pertenezco, de momento, a la sociedad low-cost y me gusta hacer mis truquillos en plan barato.


-Vinagre para el último aclarado del pelo. Como en mi más tierna infancia, cuando mi madre me lo ponía en el lavabo con agua muy fría. Qué gustito, en Granada, en pleno invierno y a cinco bajo cero, con el agua fresquita cayéndote por el cogote. La niña con una pulmonía del quince, pero un pelo de brillante.......Pues ahora me lo pongo igual, pero dentro de la ducha, después de aclararme la mascarilla o el acondicionador. Y luego lo enjuago otra vez. No usar el vinagre de módena, por favor, que ése lleva caramelo y os puede dejar el pelo con rastas. El mejor es el de sidra, pero el normal de toda la vida vale también. Y para las "gastonas" Yves Rocher tiene uno de frambuesa. Que vale sólo 8€, no creais que es carísimo, pero la verdad es que lo compré porque me lo recomendó Mónica, del blog Belleza Natural, y me gusta mucho pero me está saliendo casi a euro la puesta del vinagrito. Eso sí, huele fenomenal, nada que ver con el de los boquerones.
-Sal para la piel del cuerpo. Porque si la mezclas con el gel de baño haces un exfoliante buenísimo y súper barato (a 0,50€ que sale el kilo de sal, y con un gel de baño baratito, ya me diréis). Se queda la piel como la seda. Pero cuidado las que tengáis pieles sensibles. Y no vale la sal gorda, a ver si os vais a quedar como si os hubiera arañado un gato. Sal finita, y frotando con delicadeza, por favor. Por cierto, si mezclais el aceite con la sal fina sale un exfoliante para las manos que además las deja hidratadísimas.

Y luego tenemos muchas más cosas que nos ponen guapas: las bolsitas de té frías para descongestionar los ojos y las bolsas, las rodajas de patata cruda para las ojeras, la zanahoria rallada para las ojeras también (¿habéis descubierto ya cuál es mi mayor problema de belleza?), el yogur para hacernos mascarillas faciales calmantes (o para ponérselo cuando nos hemos quemado con el sol), la avena para molerla y hacer una mascarilla exfoliante y nutritiva mezclándola con miel, el huevo para nutrir el pelo, el tomate para los puntos negros (hay que frotarlo en la cara, dejarlo diez minutos, y aclarar)...Vamos, que ahora que lo pienso no sé qué c#¬o hago comprándome cremas de 40 euros para todas estas cosas...

¿Y vosotras, qué otros trucos naturales de belleza tenéis?

PD: No olvidéis que seguimos con el concurso de los gemelos que Miriam publicó el otro día, aún podéis participar.




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