¡Uff, qué místico suena el título! Tranquilas, que no estoy tan zen. Aunque he ido esta mañana a preguntar a un sitio donde dan clases de yoga y creo que me voy a apuntar. Vamos, es que lo estoy deseando. Pero ése es otro cantar que no tiene que ver con lo que os quiero contar.
En realidad, de lo que quiero hablar es de la cantidad de cosas que tenemos en la despensa para ponernos bellas. Más bellas, quiero decir. Y por dos duros.
Sin ir más lejos, el otro día pasaba por el salón de camino al baño con unas cuantas cosas y me preguntaron "¿Qué vas a hacer, una ensalada en el lavabo? Porque es que llevaba aceite, vinagre y sal. ¿Para qué? Pues mirad:
-Aceite para ponérmelo en las puntas (del pelo, no de los dedos, como ya supondréis). Cuando me voy a lavar el pelo al día siguiente (es decir, un día sí y otro no), por la tarde-noche me hago una coleta muy alta, me pongo aceite de oliva en los medios y puntas y me lo recojo en lo que mi amiga Lidia (del blog Con Zapatos Nuevos, no os lo perdáis) llama "un roete". Y así me lo dejo hasta el día siguiente, cuando me lo lavo. Esto sirve para hidratar y nutrir el pelo, y lo deja muy suave. Lo podéis hacer también con el aceite de almendras, como el que tienen en Mercadona, que también lo deja perfecto. Para las más sibaritas que pueden permitirse gastar más (cómo me gusta el anuncio ese de "el que despilfarra, la paga") Kerastáse ha sacado un aceite ideal a base de aceite de argán que por lo visto es la caña. Pero yo pertenezco, de momento, a la sociedad low-cost y me gusta hacer mis truquillos en plan barato.
-Vinagre para el último aclarado del pelo. Como en mi más tierna infancia, cuando mi madre me lo ponía en el lavabo con agua muy fría. Qué gustito, en Granada, en pleno invierno y a cinco bajo cero, con el agua fresquita cayéndote por el cogote. La niña con una pulmonía del quince, pero un pelo de brillante.......Pues ahora me lo pongo igual, pero dentro de la ducha, después de aclararme la mascarilla o el acondicionador. Y luego lo enjuago otra vez. No usar el vinagre de módena, por favor, que ése lleva caramelo y os puede dejar el pelo con rastas. El mejor es el de sidra, pero el normal de toda la vida vale también. Y para las "gastonas" Yves Rocher tiene uno de frambuesa. Que vale sólo 8€, no creais que es carísimo, pero la verdad es que lo compré porque me lo recomendó Mónica, del blog Belleza Natural, y me gusta mucho pero me está saliendo casi a euro la puesta del vinagrito. Eso sí, huele fenomenal, nada que ver con el de los boquerones.
-Sal para la piel del cuerpo. Porque si la mezclas con el gel de baño haces un exfoliante buenísimo y súper barato (a 0,50€ que sale el kilo de sal, y con un gel de baño baratito, ya me diréis). Se queda la piel como la seda. Pero cuidado las que tengáis pieles sensibles. Y no vale la sal gorda, a ver si os vais a quedar como si os hubiera arañado un gato. Sal finita, y frotando con delicadeza, por favor. Por cierto, si mezclais el aceite con la sal fina sale un exfoliante para las manos que además las deja hidratadísimas.
Y luego tenemos muchas más cosas que nos ponen guapas: las bolsitas de té frías para descongestionar los ojos y las bolsas, las rodajas de patata cruda para las ojeras, la zanahoria rallada para las ojeras también (¿habéis descubierto ya cuál es mi mayor problema de belleza?), el yogur para hacernos mascarillas faciales calmantes (o para ponérselo cuando nos hemos quemado con el sol), la avena para molerla y hacer una mascarilla exfoliante y nutritiva mezclándola con miel, el huevo para nutrir el pelo, el tomate para los puntos negros (hay que frotarlo en la cara, dejarlo diez minutos, y aclarar)...Vamos, que ahora que lo pienso no sé qué c#¬o hago comprándome cremas de 40 euros para todas estas cosas...
¿Y vosotras, qué otros trucos naturales de belleza tenéis?
PD: No olvidéis que seguimos con el concurso de los gemelos que Miriam publicó el otro día, aún podéis participar.