PROMOS

¡¡¡Pío pío!!!


Éste es un post muy corto, sólo para deciros que Beauty Affairs ya está en Twitter. Y se autodestruirá en 15 segundos.


¡A twittear! (y retwittear, y @mencionar, y #tashaggear y... uf, esto es como aprender a hablar de nuevo...).
Buscadnos como @Beauty_Affairs. Y seguidnos!!!

adelgazar sí, pero con cabeza

Como dicen por ahí...los milagros a Lourdes!!! ... Pero claro, a mí, con esa inocencia que me caracteriza, después de todo lo que sé sobre trucos publicitarios, marketing, publicidad engañosa etc.. etc.. pensé: Bueno y sí funciona?... Lo probaré, total no tengo nada que perder (ni que lo diga..)

Hablo de un "original" método adelgazante, concretamente de una zona problematica: la barriga.

Hablamos de SlimBelly, un método patentado “Airpressure-Bodyforming-Concept” (ABC-one) aumenta la circulación sanguínea en las zonas de grasa localizada a través de dos cámaras de presión. Se trata de una especie de cinturón de plástico, conectado a unas válbulas que inflan y desinflan el mismo, mientras haces ejercicio cardiovascular.



¿Qué promete?
Promete perder en 4 semanas entre 4 y 8 cm de perímetro abdominal y de 2 a 4 cm de piernas.(sí porqué también tienen uno para las piernas).

¿Cuál fue mi resultado?
Después de todo no perdí ni un centimetro de menos... (te toman medidas antes, durante y al final del programa)

Conclusión: Perdí 130 euros que me costó la broma en un gym de Barcelona. Perdí tiempo invertido en ello... Los milagros no existen, si quereis adelgazar, hacer ejercicio, seguir una dieta con cabeza, pero olvidaros de métodos rápidos o que prometan cosas demasiado buenas para ser verdad.

*Opinión basada en mi experiencia personal.
** A mí no me ha funcionado, puede que a otras personas les funcione.

Fiiiiiiirmes!!!!

He adoptado una nueva postura. Y no me refiero a mi opinión o mi actitud ante un determinado tema. Me refiero a que he decidido, por fin, que voy a llevar los hombros como hay que llevarlos.

Es decir, rectos. Hacia atrás. No como Ana Obregón, que no aspiro a tocarme los omóplatos con los codos, pero sí al menos para ir derecha por la vida. Porque siempre he caminado muy derechita, pero con los hombros echados hacia delante (sé que suena raro, pero se puede). Mi madre siempre dice que es porque cuando era pequeña era la más alta de mis amigas (y de mi clase, y de mi curso, y de mi pandilla…vamos, que cuando hice la comunión no hubo narices a encontrarme un vestido que me tapara los pies, y en la foto parezco Alicia en el País de las Maravillas cuando se come la tarta y crece sin parar) y me daba vergüenza además cuando me salió el pecho (que tengo ahora el mismo que entonces, es decir, casi ná’) y por eso me encogía. Pero no es por eso. Es por comodidad. Porque llevar los hombros hacia atrás es muy incómodo.

Pero es lo que queda bien. Y es que una buena postura corporal hace mucho por nuestra imagen. Seguro que ahora mismo os estáis enderezando, y os habéis dado cuenta de lo encogidas que estabais… Pues eso. Cuando una está con la espalda recta, la cabeza alineada con la columna, los hombros derechos, la tripa dentro (sin asfixiarse) y las caderas alineadas, tiene una imagen más estilizada, de más seguridad en una misma. La ropa sienta mejor. Se nos ven menos mollitas. Vamos, que es una cura de belleza instantánea. Y además es más saludable.

Por eso yo he decidido, por enésima vez, que voy a mentalizarme y a llevar los hombros como debe ser. El resto de la postura siempre la he llevado bien, entre otras cosas gracias a que hice gimnasia rítmica algunos años, y eso te hace estar siempre bien estiradita. De hecho, tengo los abdominales marcaditos principalmente por eso, porque siempre llevo la barriga “apretá”. Igual que el culo. Pero los hombros son mi cruz.

Ayer estuve en un evento, mucho rato de pie, y además con tacones. Y me mentalicé para llevar todo el rato los hombros rectos. Qué coñazo, por dios. Al principio tenía que estar todo el rato pensando en la postura. Luego, lo hacía ya sin pensar. Pero al rato me daba cuenta de que me había vuelto a relajar y… ¡firmes otra vez!



Lo gracioso es que, con los hombros hacia atrás, los brazos me quedan más cortos. Quiero decir, que no me llegan tan abajo las manos. Y entonces no me podía meter las manos en los bolsillos porque en el vestido que llevaba están muy bajos (es gracioso, ¿eh? Imaginadme intentando meter las manos en los bolsillos sin relajar los hombros, con la lengua fuera en plan esfuerzo, medio torcida). Y no iba a estar ahí con los brazos rectos a los lados del cuerpo, en plan militar. 

Total, que decidí adoptar la postura Judith Mascó: con los brazos doblados, juntando las manos como si tuviera algo entre ellas, pero sin tener nada. Una postura que está muy bien si te van a hacer una foto porque queda muy elegante, pero que más de cinco minutos te hace parecer idiota o incluso el Sr. Burns de los Simpson. Así que estuve toda la noche alternando: postura Mascó, una mano en la cintura, una mano al plato de jamón para disimular, un brazo al lado del cuerpo y el otro doblado con una copa en la mano… vamos, que casi me cojo una empachera y un colocón por estar rectita. Y no sabéis el dolor de hombros que llevaba cuando llegué a casa, que creo que esta noche he dormido en posición fetal para compensar.

Pero bueno, el caso es deciros que es muy importante tener una buena postura siempre, estemos sentadas o de pie. La ropa sienta mejor, como os decía, porque al llevar los hombros rectos no se hace un hueco en el escote (y no enseñamos de más; de hecho, yo así lleno más el sujetador, parece que tengo una talla más). Aunque a mí con algunas camisetas ahora el hueco se me hace detrás, porque antes lo llenaba con la chepa… Además, ¿habéis visto alguna vez que a las que nombran como las más elegantes estén encorvadas?
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