PROMOS

Base de maquillaje ...para tu equipaje!!

¿Qué nos ofrece esta base de maquillaje?

Repairwear SPF Anti aging make up, es un maquillaje reparador de Clinique que atenúa las líneas de expresión al instante. Acabado natural que ofrece a la piel un aspecto impecable. Su SPF (protección solar de 15) y antioxidantes son beneficios que se suman a una hidratación que dura todo el día. Sin aceites.

¿Para qué tipo de Piel? 1- Seca o Muy Seca, 2- Mixta.

Fórmula: Líquida Cobertura: Alta
Beneficios:
Anti-envejecimiento, Larga duración, Cobertura total


(lo bueno si es breve...)


Todo a su tiempo

Ha llegado. La pregunta que mucho tiempo he pensado que escucharía. Y no es la de “¿Quieres casarte conmigo?” (no pierdo la esperanza, tampoco). Es LA PREGUNTA:

“¿Qué leches te estás echando ahora?”

Me la hizo la otra noche, mientras me ponía el reparador de puntas abiertas de Deliplus (buenísimo, y huele genial) sentada en el sofá y viendo la tele. Se lo expliqué. Y le pregunté si pensaba que me ponía demasiadas cremas. No dudó. “Sí”. Pero. PERO. No me suelen gustar los “pero” pero esta vez sí. “Pero si a ti te gusta, y te ayudan a verte bien, genial”. Vale. Aunque lo de “si a ti te gusta…” me suena a “vas hecho un adefesio, pero si a ti te gusta y no vas a mi lado avergonzándome, pues bueno”.

He probado...Gloss Volupté de YSL


Una sublime barra de labios-gloss que irradia brillo y saca a relucir toda la dulzura de los labios. Su textura translúcida es extremadamente cremosa al contacto con los labios, con un deslizado muy bueno.

Este gloss en barra con colores vivos deposita un velo de color transparente y brillante. Con un toque de granada y mango este gloss es muy apetecible!

Yo tengo el nº 2 FRAMBOISE GELEE, y me encanta!! No deja los labios nada pegajosos y la sensación es muy buena. Eso sí desparece casi tan rápidamente como los gloss normales, pero bueno hay que llevarlo en el bolso para retocar .

Ah y tiene SPF 9.

Alrededor de los 20 euros.


Es de la colección primavera- verano 2010 de YSL.

Remedios de mi vida...

El otro día (bueno, vale, hace más de dos meses, pero es que una tiene muchas cosas en la cabeza, como ver el Mundial y a “Iniesta de mi vida!!!!”) me llegó un e-mail con algunos remedios para ciertas dolencias típicas. Básicamente, indica qué alimentos o nutrientes se pueden tomar para evitar la retención de líquidos, el cabello quebradizo, etc. Me pareció interesante, así que lo copio para ti:

Síntomas provocados por necesidad de algunos alimentos. A partir de una cierta edad, tenemos casi todos estos síntomas, provocados por la falta de los alimentos aquí mencionados.


La Caída del Imperio...Capilar


¿Imperio Capilar? ¡JA! Yo no sé lo que es eso. Bueno, sí, lo sé por haberlo visto en otras (como Penélope Cruz, qué melenón tiene), no en mí. 

Nunca he tenido lo que se dice un pelo frondoso, fuerte, vigoroso. Más bien al contrario. Para que te hagas una idea, los pelitos de la nuca los tengo como los de un bebé recién nacido: finos y suavitos, y se parten con mirarlos. Una pelusilla, vamos.

La última vez que decidí cortarme la melena a ras de la barbilla la peluquera me decía “si es que tienes los “abuelillos” muy pobres, no me extraña que te lo cortes”. Vaya, gracias, salá. 

Qué alegría ir a la pelu: diez minutos entre revistas manoseadas esperando a que te pasen a lavar, la mirada reprobadora de la peluquera en el espejo mientras evalúa el estado de tu melena, media hora con picores si te has puesto el tinte de rigor, cinco minutos en una silla de tortura llamada lavacabezas (“por dios, que no me pongan mascarilla que me descoyunto”) en la que además te dan unos tirones al desenredarte que se te saltan las lágrimas, quince minutos de secador que cada vez que te lo acercan de más te achicharran las orejas…

Y luego encima te dicen que vaya mierda de pelo que tienes. ¡Y cobrándote un pastizal! Pues estoy deseando ir, oye, porque la verdad es que sale una con una suavidad en el pelo que no se consigue en casa ni lavándolo con Mimosín.

En fin. A lo que venía este post, en realidad, es al tema de la caída del cabello. Porque yo estoy preocupada. Encima de que tengo poco pelo, si se me cae como se me está cayendo últimamente y no lo trato, a este paso me pareceré a Pepe Reina en un par de meses. Mira, lo mismo en Navidad podía hacer de Niño Jesús en el Belén, toda calvita como los bebés. O de Coto Matamoros.

Pero me niego. Por eso he recurrido, en primer lugar, a un tratamiento en cápsulas que fortalezca el pelo desde la raíz y pare la caída. El farmacéutico me recomendó Pilexil, porque al parecer es el más eficaz. Los complementos como este son muy efectivos porque atacan el problema desde el interior, y los nutrientes llegan mejor al pelo (por cierto, para la celulitis me dijo que lo mismo, las pastillas son más eficaces que las cremas, aunque lo ideal es aunar ambos tratamientos). 

De momento, en tres semanas que llevo tomándolas, he notado el pelo más suave y con menos tendencia a engrasarse (es decir, que ahora puedo lavármelo un día sí y otro no, y no estar con el pelo ya regular la noche del mismo día que me lo lavaba, como me pasaba antes). 

La caída sigue más o menos igual, pero creo que debo tomar las cápsulas más tiempo. Más me vale que corran para hacer efecto, que de verdad me veo como Lady Gaga, a base de pelucas.
Por otro lado, llevo un tiempo cuidando más mi pelo a diario para que no se parta (otra de las causas de mi pobre melena; cuando me quiero dejar el pelo largo tardo más que el resto de la gente porque se me parte el pelo sólo con tocarlo, y vuelta a empezar). 

Me refiero a que siempre, siempre, uso acondicionador en medios y puntas al lavármelo (de los mejores que he probado: el de pelo normal de Stylius, de Mercadona, por 1,70€). Una vez a la semana me pongo mascarilla (en verano incluso dos veces a la semana, usando la mascarilla como acondicionador). Ahora tengo la de Repara y Protege, de Pantene, que no está mal pero tampoco es la caña. La de Elvive Total Repair me gustó más. 

No cepillo el pelo cuando está mojado, que es cuando más débil está, sino que lo desenredo con cuidado con un peine de púas anchas. 

Antes de lavármelo lo desenredo bien con un cepillo de cerdas naturales (de madera, vamos). Cuando lo voy a secar con el secador (es decir, el 95% de las veces, y no por peinarme, sino porque si no lo hago se me queda como si me hubiera lamido una vaca) me pongo antes un protector del calor (el de Stylius y el de TRESemmé son los que más me gustan), e incluso a veces el reparador en spray de Stylius en las puntas, porque es queratina que se activa con el calor del secador o la plancha y sella la fibra capilar. 

Y, desde hace un año, me pongo una mascarilla protectora del sol cuando voy a la playa o la piscina (de nuevo: Stylius me encanta; vale que no he probado otras porque no me las puedo permitir, pero es que esa marca tiene una relación calidad-precio genial).

Podría hacer más cosas, como desenredarme el pelo en la ducha cuando me pongo el acondicionador o la mascarilla porque así además penetran mejor. Pero no hay nada que me dé más asquito que un puñado de pelos mojados (eso y un montón de gusanos moviéndose). Dios, creo que voy a vomitar. 

También podría ponerme la mascarilla, envolverme el pelo en una toalla caliente y dejármela puesta una hora. O dejarme la mascarilla puesta en el pelo hasta el día siguiente, como dicen que hace Paula Echavarría (otra con un pelazo). 

O podría ponerme mascarillas caseras de aceite y huevo (súper buena y nutritiva, pero de un engorro que no veas), o de aguacates maduros, o de mayonesa. Pero no tengo tiempo y me sobra vergüenza.

Total, que en la medida de lo posible mi pelo está mejorando poco a poco con los cuidados que le doy. Se me caerá lo que sea, pero lo tengo de un suave y un brillante…¡como los bebés recién nacidos!

Armas contra la Celulitis en Elle.es

Celulitis. Hasta la palabra es fea, ¿verdad? Inflamación de las células, que viene a ser. Más bien inflamación de mis muslos y mi culo en conjunto, creo yo. Casi todas la tenemos y casi todas queremos acabar con ella de una vez por todas. Y casi todas, supongo, hemos fracasado en el intento. 

Pues la revista Elle viene a echarnos una mano. En el mes de julio venía un artículo con los diez trucos para atacar la celulitis de una vez por todas, combinando todos o algunos de ellos. En su web podéis verlo, pero ya os lo pongo yo con propina: en color rosa (qué ñoña, jugando con lo de mi nombre), mis comentarios. Ah, la que algo quiere algo le cuesta…

1. ELIGE LOS ALIMENTOS MÁS ADECUADOS
Se trata de optar por los productos capaces de luchar contra la retención de líquidos, y la fabricación de grasas y fibrosis. Para conseguirlo sigue estas sencillas reglas: No olvides las proteínas. Las que mejor previenen la inflamación son el pollo, el pavo, el salmón, el atún y la trucha. Debes tomar una cucharada sopera de aceite de semillas en cada comida, además de un puñado diario de frutos secos (nueces, almendras, avellanas). Y añado yo: ¿Aceite de semillas? ¿De qué semillas? ¿El alpiste del pájaro sirve? Digo yo que el de girasol, que es el de las pipas de girasol, que al final son las semillas, sirve. ¿Por qué no dicen entonces aceite de girasol? ¿No decían que el de oliva es el mejor? ¿Las aceitunas se consideran semilla? ¿Tiene fin el universo?Opta siempre por frutas y legumbres, pero limita las hortalizas que te hinchen, salvo el pepino. Da preferencia al aguacate, el espárrago y el pimiento morrón. También son beneficiosos el zumo de granada, los frutos rojos, la uva, el boniato, la col, la alcachofa, el puerro y la espinaca. Para condimentar elige cebolla, ajo, cebolleta, comino, cúrcuma, jengibre y nuez moscada.

Evita la siguiente lista negra: Azúcares rápidos, sal, agua con gas y refrescos light. Rosa: ¿los azúcares rápidos son los que te comes muy deprisa porque te encantan o se derriten, como los bombones? Desde luego, esos cumplen al dedillo la conocida frase: un minuto en tu boca, y un año en tus caderas.

2. UTILIZA ZAPATO ESPECIALES PARA ANDAR (TIPO MASAI)
Los beneficios: Los músculos profundos responsables del mantenimiento de la postura se activan para compensar este desequilibrio. Nos sostenemos mejor y la postura se corrige. Adoptamos un paso dinámico que implica aún más los músculos de la parte inferior del cuerpo. 

La circulación se activa mejorando la textura de la piel. La única condición: Llevarlas 30 minutos al día. Rosa: ¿Han sacado ya estos zapatos en versión tacón de aguja? Porque, la verdad, los originales como que no me quedan nada bien con la falda lápiz cuando voy a trabajar, que es cuando camino; por las tardes no puedo caminar porque tengo que ir al gimnasio, a la compra de productos anticelulíticos, a los masajes de drenaje y a la electroestimulación que también se supone que son fundamentales para eliminar a nuestra enemiga. A ver, es como el chiste, o estamos a setas o estamos a Rolex, pero todo no se puede!!!!

3. APÚNTATE AL AQUAFITNESS
Contra la celulitis no hay nada mejor que el ejercicio físico, y en una sesión de aquagym la presión hidroestática es permanente, por lo que el esfuerzo se rentabiliza mejor. Se recomiendan dos sesiones por semana variando los tipos: aquagym, aquabike o aquarunning. Rosa: yo, como ahora no puedo ir al gimnasio y no tengo piscina en casa, he intentado meter mi elíptica en la bañera, pero no cabe. A lo mejor con lo que sudo (que es mucho) se puede considerar que hago aquaelíptica. O sweatelíptica.

4. MEDIAS DE COMPRESIÓN
Un buen truco para aquellas que tienen celulitis acompañada de retención de líquidos y circulación venosa lenta es enfundarse debajo de los vaqueros unas medias de compresión. Incluso cuando haga calor, pues es cuando más lo vamos a necesitar. Rosa: sí, hombre, con 38º a la sombra, unas buenas medias de compresión bajo los vaqueros –y no hay nada más caluroso que unos vaqueros en verano, ¿verdad?- son de lo mejor. Kilos y celulitis no sé si perderemos, pero la consciencia seguro cuando nos dé una lipotimia.

5. ELECTROESTIMULACIÓN
La aplicación de electrodos sobre el abdomen o los muslos estimula los músculos, lo que mejora el drenaje local y, por tanto, la piel de naranja. Se recomiendan entre 3 y 5 sesiones de 20 a 30 minutos por semana. Rosa: 5 sesiones por semana, a 30€ la sesión, nos da un total de 150€ a la semana, que son 600€ al mes. ¿Quién dijo crisis?

6. ENTRENA CON UNA PLATAFORMA VIBRATORIA
Las vibraciones (Power Plate, Fitvib) y las oscilaciones (Sismo) movilizan más fibras musculares en una sesión de 20 minutos que una clásica sesión de gimnasio de una hora, y además activan el drenaje. Rosa: siguiendo con el tema crisis…¿vale subirse a la lavadora cuando está en pleno centrifugado?

7. FRENA LAS TENTACIONES DULCES
Un estudio reciente ha demostrado que los infrarrojos de largo alcance aplicados en tres puntos precisos de la oreja a modo de acupuntura, detienen considerablemente el ansia al azúcar. Hay que realizar al menos cinco sesiones a razón de una por semana. El objetivo: disminuir el estrés y equilibrar las hormonas implicadas en estos ataques. Rosa: Llamadme anticuada, pero yo tengo otro método tal vez algo más rudimentario: ¿qué tal si no compro dulces y en el súper evito los pasillos que los tienen? Eso sí, el estrés puede que no disminuya…

8. APUESTA POR UNA CREMA QUE CONTENGA CAFEÍNA
La cafeína tiene una acción antigrasa demostrada y, además, los cosméticos que la contiene no resultan caros. Su modo de acción es doble: frena el almacenamiento natural y también acelera la liberación de grasa de las células. Los expertos recomiendan aplicarse la crema antes de una sesión de deporte y no a la hora de irse a dormir. Rosa: estoy completamente de acuerdo con los médicos. Yo no puedo ponerme una crema anticelulítica con cafeína después de las seis de la tarde porque no pego ojo. Lo prometo.

9. OPTA POR LOS MASAJES CON RODILLOS
Según todos los especialistas, es lo más eficaz contra la celulitis. Las máquinas más eficaces son del tipo LPG o Icoone. Para que los resultados sean definitivos, lo mejor es quemar las grasas desalojadas volviendo a casa andando o acudiendo directamente al gimnasio. Lo recomendable es hacer dos sesiones a la semana durante un mes, y luego seguir el mantenimiento con una sesión al mes o cada dos meses. Rosa: otra vez…¿crisis? Que no me puedo pagar eso, oiga!!!!

10. CONSUME CÁPSULAS EN VEZ DE INFUSIONES
Porque dos cápsulas equivalen de media a seis tazas y son, por lo tanto, más eficaces. Vid roja o meliloto para mejorar la circulación sanguínea; ortosifón, diente de león o vellosilla para eliminar líquidos; guaraná, caralluma y derivados del cacao para liberar grasa. Éstos son los tres tipos de complementos que pueden combinarse en una cura de tres meses. Rosa: cierto, más que cierto. Me lo dijo el farmacéutico, que lo mejor es combinar las cremas con las cápsulas.

11. PRACTICA DEPORTE REGULARMENTE
Cuidado con los deportes de impacto, como correr o el boxeo, cuando se padece de retención de líquidos porque se pueden formar microedemas que acentúan la piel de naranja. Lo mejor son actividades como pilates, stretching o yoga. Rosa: para mí que con yoga y strechting estaremos híper estiradas y flexibles, pero la celulitis así no se va. Con el pilates, todavía. Pero lo mejor es mover el culo, niñas.

12. ATACA TAMBIÉN LA GRASA
Los aparatos que utilizan tantos los médicos como los esteticistas no borran sólo la piel de naranja, sino que atacan también la grasa. En la consulta médica, los ultrasonidos focalizados y a muy alta intensidad destruyen en una sesión gran cantidad de adipocitos y es visible en tres meses. El inconveniente: las sesiones son incómodas y caras (de 800 a 1.700 € cada una). Rosa: ¿Caras? Nooooo. Con la extra del verano me las pago, ¡no te j…!

Piernas cansadas...qué pereza!!


“¿Piernas cansadas? ¿Qué es eso?” Me decía yo a mis tiernos 23 añitos. La única idea que tenía yo entonces de tener las piernas cansadas era después de mis carreras matinales de 45 minutos haciendo footing en el parque. Pero, ah, juventud, divino tesoro que pronto se escapa. Por entonces no usaba tacones casi a diario. No me pasaba horas sentada. No tenía 29 tacos…Y ahora sí. Ahora llego a veces a casa y las piernas me pesan como sacos de arena. Siento (qué digo siento, lo veo con estos ojitos) los pies hinchados después de quitarme los zancos. Algunas mañanas de verano me levanto con un cansancio como si hubiera estado toda la noche corriendo una maratón. ¡Una solución quiero!

Al parecer, el 80% de las personas adultas sufren las molestias de las piernas cansadas. Sobretodo las mujeres, que somos así de chulas y con nuestro cóctel de hormonas nos llevamos la palma. Pero es que, además, hay factores que empeoran la situación. A saber: la falta de ejercicio, el sedentarismo, la alimentación, la obesidad, la herencia (gracias, mamá, por esas negras y largas pestañas; no tanto por lo otro). Todo esto empeora la circulación sanguínea, que nos lleva al síndrome de las piernas cansadas.

¿Qué hacer para evitar esto o al menos mejorar la situación? Pues hay varias cosas que debemos poner en marcha (esto lo he sacado de dietafitness.com):

Cleanance

Hace un par de meses más o menos, en el blog de Belleza Pura, hablaban de los nuevos productos de Avène para pieles grasas. Por ser parte afectada, me ha pareció interesante y tomé nota. Aquí lo tienes.

El Resplandor (iluminadores)

Los iluminadores. Esos grandes inventos de la humanidad que han hecho tanto por nuestras caritas. Esos pinceles y polvos mágicos (qué juego da esta expresión, ¿eh?...) que embellecen y borran de un plumazo noches sin dormir (y volvería a usar la expresión, pero seguramente sería una ordinariez), juergas puntuales e imperfecciones permanentes (como mis ojeras). Resumiendo, una maravilla.

Yo tardé en descubrirlos, y lo hice gracias a Tuimagenpersonal. Y también gracias a ver fotos de famosas y venga a preguntarme “Pero, esta chica, ¿por qué siempre tiene esa buena cara, esa luz, esa belleza?”. Aparte del photoshop y la buena suerte de algunas, el iluminador tenía mucho que ver. Si no, mira la foto de Paula Echevarría. Aparte de que es un bellezón la chica, fíjate en los puntos de luz que tiene en la parte alta de los pómulos, la frente, la nariz y la barbilla. Son poco evidentes, pero eficaces. Le dan luz y buena cara. Y se consiguen con el iluminador.

Así que al lío. Lo primero, decidir qué tipo de iluminador queremos o nos va bien. En polvo, fluido o en crema. El clásico Touche Éclat, de YSL, o los también clásicos ya Shimmer Brick de Bobbi Brown. O el relativamente nuevo Mineralize Skin Finish, de Mac. O el iluminador fluido de Clinique en tono dorado, que queda también espectacular, sobretodo si estás bronceada.

Yo tengo Touche Éclat, de YSL, y estoy encantada. Más que eso. Desde que lo probé, y tardé en hacerlo, no dejo de usarlo. Me aplico toquecitos con el pincel bajo la ceja, en la barbilla y en la nariz (y en el lagrimal cuando tengo más cara de cansada, que al final es casi siempre) y difumino con los dedos. De forma súper discreta, te ilumina las zonas y borra los signos de cansancio. Cuando me produzco más porque voy a salir y me pongo base de maquillaje, ojo oscuro y toda la pesca, además me lo pongo en las aletas de la nariz, alrededor de los labios (los hace más carnosos) y en la parte alta de los pómulos. Es maravilloso.
Pero hay momentos en los que queremos más. No sólo tener buena cara y que la gente no sepa por qué (“¿Serán los polvos mágicos?”. Lo siento, no podía evitarlo), sino brillar, resplandecer. Para esos casos prefiero los iluminadores en polvo, porque son más evidentes.

 Como los Shimmer Brick, de Bobbi Brown o Mineralize Skin Finish, de Mac (de esta línea hay varios productos, pero yo sólo tengo unos nacarados). Además de en el rostro, tienen la ventaja de que se pueden aplicar en las clavículas o en las piernas, por ejemplo (si aplicas polvo bronceador iluminador justo en el hueso de las espinillas, las piernas parecen más delgadas). Se aplican de la misma forma que dije antes, y duran más que los iluminadores en crema si tienes la piel grasa, como yo.

Pero cuidado con pasarnos en la iluminación. No lleguemos a brillar cual bombilla o lucero del alba. Y eso es lo que me pasa con el iluminador en polvo que tengo. Si me lo pongo en el arco de la ceja y la nariz, perfecto. Pero como me lo ponga en los pómulos, la barbilla y la frente, parezco una burbuja Freixenet o, peor, Sara Montiel en su fiesta de cumpleaños. Por eso prefiero, para darme luz sin que se note, el iluminador en crema. Y para las zonas que sí que quiero que se noten, el iluminador en polvo.

Para la que no tenga iluminador y esté en economía de guerra, como yo, que sepa que sirve igual una sombra de ojos clarita. Si es nacarada, mejor que mejor. Y que un poco de vaselina en el arco que va desde el final de la ceja a los pómulos hace maravillas (sin pasarse).

Obsession (y no de Calvin Klein)


Tengo una mente un poco obsesiva-compulsiva. En el sentido de que, como me dé por algo, la hemos liado.

Me he llegado a pasar noches sin dormir porque se me había pegado una cancioncita (y muchas veces lo peor es que ni siquiera me gustaba) y no he podido dejar de cantarla. 

Seguro que a ti te ha pasado más de una vez. El problema es que no sólo me ocurre con canciones. Me pasa con frases, con nombres de personas (del presidente de Kirguizistán, por ejemplo, si lo he oído en el telediario y me ha parecido curioso), con expresiones (en inglés son mis favoritas, como escuche una que no conocía y me guste, ahí me tienes repitiéndola como una panoli). 

Y, lo peor: puedo también tirarme una noche medio soñando con la serie, la película o el libro que acabo de ver. Intentando darme explicaciones sobre por qué a tal personaje le ha pasado tal cosa, cómo podría solucionar sus problemas, o incluso desarrollando yo la trama a mi antojo. Pero medio dormida, ¿eh? Y no lo puedo evitar. Una más de mis taras, qué le vamos a hacer. Si hubiera nacido pantalón, estaría en el Lefties.

Como ya supondrías, en temas de belleza me pasa lo mismo. Hace unos años llegué a tener tal obsesión con ir al gimnasio y hacer deporte que, día que no hacía algo, día que estaba de mala leche, o inquieta cuanto menos. Aunque fueran unas sentadillas y unos abdominales en casa, tenía que hacerlos. Parecía un poco loca. Si no había dormido apenas no importaba, mis 45 minutos de step en la máquina del gimnasio eran sagrados. Eso sí, tenía el culo como una piedra pero unas ojeras… Y lo peor es que además estoy mejor ahora, que hago una cantidad de deporte moderada (dos o tres días a la semana, como mucho, en mi elíptica, y algunos ejercicios de pesas ligeros; para algun@s será poco, pero es que una tiene vida aparte de eso). Sobre todo porque mis piernas pasan de estar normalitas a ser directamente las de Roberto Carlos con un par de días de ejercicio, y tengo que tener cuidado.

Y qué decir de las pinzas de depilar…Pueden ser un instrumento peligroso en mis manos si enciendo las luces del espejo del baño, porque entonces no hago más que ver pelitos, y pelitos, y me puedo tirar media hora con ellas. Y quedarme sin cejas, lo cual no es nada favorecedor si no eres fan de Nosferatu. O de los desfiles de la temporada primavera-verano 2010 de algunos diseñadores.

También me obsesiono tapándome las ojeras con el corrector. Yo me sigo viendo ojeras aunque me haya gastado medio tubito del producto. Y no porque el corrector sea malo y tape poco, no. Es que yo me sigo viendo ojeras. 

Soy lo que podría llamarse ojeroréxica. Lo cual, aparte de raro, no es bueno porque cuando te pones demasiado corrector la zona se ve cargada, las arrugas se marcan más y pareces lela, en definitiva.

Te podría enumerar algunas más de mis obsesiones (el orden en el neceser del bolso, en el de maquillaje de casa y en las cremas en el armario del baño; las muestras de cremas; el pelo que se me cae cuando me lavo la cabeza –puaaaaaaaj, qué asco, no lo soporto -; los pelitos de las piernas que creo que me quedan después de depilarme…) , pero la verdad es que quiero que nos sigas leyendo, y no es plan, ¿no?

Pero te tengo que contar la última, no lo puedo evitar (¿lo ves?: Obsesiva compulsiva): ahora que se me ocurre también, soy celulitoréxica. Seguro que sabes qué quiero decir. Por mucho deporte que haga, por muy delgada que esté, por muy firme que tenga la piel…la celulitis está ahí fuera. O eso veo o, al menos. Aunque a veces, muy pocas…no la veo!!! No está!!!! Ah, no, Rosa, que no te has quitado las medias, so bruta. Pero en este caso, realmente, es normal que la vea. Porque la celulitis sigue ahí. 

Es como cuando Santiago Segura decía que era anoréxico porque se miraba al espejo y se veía gordo.

Naturalidad ante todo posando

Qué monas salen las famosas (casi) siempre en las fotos, ¿verdad? En las alfombras rojas, en los photocalls, en las presentaciones de nuevos productos…Porque saben posar. Les han enseñado a saber qué ponerse, de qué manera ponérselo, y cómo ponerse. ¿Me explico?

La postura cuando nos hacen una foto es fundamental para salir bien. Que si adelanta una pierna e inclina el tronco hacia atrás ligeramente (no como Victoria Beckham, por favor, que parece que se va a partir), que si gira la cadera un poco, que si ponte una mano en la cadera y la otra en la cintura, que si inclines el rostro un poco hacia abajo o lo gires un pelín, que si entrecierres los ojos a lo Marilyn…La verdad, si yo intento estos trucos, además de sentirme un poco tonta, sigo saliendo mal. Los ojos entrecerrados, como si me hubieran pillado a medio parpadear. La mano en la cintura, como cuando a las niñas pequeñas las disfrazan de falleras. La pierna adelantada como Paco León cuando imita a Raquel Revuelta en “Estrenos de Cartelera en Hommo Zapping”…Un desastre, vamos.

Además, siempre salgo con la misma cara (como Renée Zellwegger, que vaya caritas…), y me encanta la gente que es capaz de poner gestos y muecas sin importarles si saldrán bien o mal en la foto. Lo mejor es que, muchas veces, ¡salen mejor que yo cuando me esfuerzo por salir bien! Y lo mismo me pasa con esas fotos que te hacen sin que estés mirando a la cámara. La gente sale natural, relajada, como meditando algo importante. Mirad la foto de Olivia Wilde. Hasta con dos dedos en la boca sale bien, la jodía!!! Yo salgo con cara de mala leche, de cansada o directamente de dormida (con los ojos cerrados, vamos).

Otro tema importante para salir bien en las fotos es el maquillaje. Lo suyo es que se vea natural, poco mate. Lo que a mí me pasa es que, si no me pongo polvos, se me ve la piel como de plástico (por lo brillante) y no me puedo dejar sólo la base aunque eso se ve más natural en la foto. Luego, si me pongo un iluminador en polvo (tengo el Mineralize Skin Finish, de Mac, que es precioso), salen también brillos donde no los había (al menos en persona; el flash puede hacer mucho daño a nuestra imagen). Así que he descubierto que Touche Éclat, de YSL, es el mejor invento del mundo (y merece un post aparte).

Y qué decir de la ropa…Cuidadín, porque a veces no nos damos cuenta de que se nos está transparentando la ropa interior (o algo peor) porque en el espejo no se veía. O de que se nos está haciendo una arruga que nos hace un michelín. O que el color de las prendas coordina muy bien con luz natural pero con el flash se matan. O, peor, que estamos enseñando más de la cuenta por la postura. Una vez, mirando fotos de un grupo de amigas, me di cuenta de que, en una, una de ellas estaba enseñando un pecho sin saberlo. No queremos salir en el Cuore con la etiqueta de “Aaaaarggg!!”, ¿a que no?




Algo que me sienta fatal es ver fotos en las que sales horrible y sin embargo tú habrías jurado que ibas a salir ideal. Al menos cuando te viste en el baño al retocarte, que estabas estupenda. Qué chasco después…¿No es algo que os ocurre, sobretodo, cuando os habéis tomado alguna copilla?

Mirad Olivia Palermo. Sale estupenda en todas las fotos, con la mayor naturalidad del mundo. Ideal. Qué envidia tan poco sana le tengo...

Hat ..


Me chiflan los sombreros...Eso sí, normalmente me gustan mas cuando lo llevan otras...jeje.Ahora en verano es mas fácil de llevar que en invierno, además de adornar nuestro look, nos protege el cabello así como la cara del sol.


Personalmente adoro el clásico "panamá". Son originarios del Ecuador y es un tradicional sombrero con ala que se hace de las hojas trenzadas de la palmera del sombrero de paja-toquilla.

El Panamá al ser un clásico no pasa de moda, siendo diferente otros tipos de sombreros que vienen y van según la moda.

Hemos visto ya muchas imagenes de famosas que no pueden resistir a los encantos y los resultados de un "hat" en sus vidas.



Puede combinar con un look mas arregladito, o para ir a la playa. También a juego con la cesta de mimbre!. Eso sí, y aviso, no es muy apto para flequillos, porqué entre la calor y que esa zona queda tapada, el flequillo se puede quedar bastante sucio. Lo mejor es recogérselo con una horquilla y listo.

Yo actualmente utilizo uno de color negro como el de Kate Moss en la foto derecha y el de toda la vida como el que llevo en la imagen de arriba: un básico en mi armario de verano.
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